x

Pico y Placa Medellín

viernes

3 y 4 

3 y 4

Pico y Placa Medellín

jueves

0 y 2 

0 y 2

Pico y Placa Medellín

miercoles

1 y 8 

1 y 8

Pico y Placa Medellín

martes

5 y 7  

5 y 7

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

6 y 9  

6 y 9

Netanyahu a la deriva

hace 4 horas
bookmark
  • Netanyahu a la deriva

Benjamín Netanyahu parece no querer darse por enterado. A pesar de las manifestaciones multitudinarias del pasado fin de semana en Israel, del consejo de sus generales y de la creciente presión para que acepte una tregua que permita la liberación de los rehenes, sigue con una idea fija: acabar de una vez por todas con Hamás sin importar el costo.

El domingo, el primer ministro israelí volvió a insistir en que la guerra no terminará hasta la derrota definitiva de Hamás, porque, según él, lo contrario sería fortalecer a los terroristas. Esta aproximación al conflicto difiere no solo de la que tienen la gran mayoría de sus ciudadanos, sino cada vez más países que han manifestado que se disponen a reconocer la existencia del Estado palestino, entre ellos Canadá, Francia y Reino Unido. Con ellos ya serían 152 países de una lista de 193 miembros de la ONU.

Ni qué decir de los propios militares y exmilitares israelíes. Hace unos días, más de 600 de ellos en la reserva, además de mandos policiales, diplomáticos y antiguos responsables de las agencias de inteligencia, le pidieron a Donald Trump que medie para que Netanyahu acepte el alto al fuego en la franja porque consideran que Hamás ya no es una amenaza estratégica para el país.

Y en junio, 41 oficiales de alto rango publicaron una carta acusando a Netanyahu de querer continuar la guerra para seguir detentando el poder. Además aseguraron que muchos de los rehenes que han muerto en cautiverio lo han hecho por los bombardeos aéreos indiscriminados que ordena el gobierno de Netanyahu. Yendo un pasó más allá, incitaron a la desobediencia, pues consideran que las órdenes de matar a civiles e inocentes son ilegales y, en consecuencia, no habría que acatarlas.

Según este grupo de expertos, ya se han alcanzado dos de los tres objetivos militares de Israel: desmantelar el brazo armado de Hamás e impedir que gobiernen en Gaza. Respecto al tercer objetivo, que es la liberación de los rehenes, opinan que solo se puede conseguir mediante un acuerdo.

La respuesta de Netanyahu se ha dado vía más bombardeos en los que, entre otros, murieron cinco periodistas corresponsales y camarógrafos de Al Jazeera, que se encontraban trabajando en su carpa en Gaza, a las afueras de un hospital. Al mismo tiempo la hambruna continúa y cada día hay decenas de muertos en las colas del pan. Parece que el primer ministro no quisiera darse cuenta de que todas sus acciones lo han puesto en el ojo de la crítica mundial, lugar por cierto muy conveniente para los terroristas de Hamás. ¿Hasta qué punto con su cruel exceso Netanyahu termina ayudando a Hamás a reencaucharse no solo en lo local sino también en el mundo?

Lo que hay en el trasfondo de este escenario es una situación de desequilibrio político desde la que Netanyahu observa el abismo. El gobierno llamó a filas a 10.000 reclutas más, en gran parte porque los jóvenes ultraortodoxos se niegan a luchar. El pretender obligarlos supuso la salida de uno de los dos partidos religiosos del gobierno, dejando a la coalición en mayoría pero por un solo escaño, como quien dice, en manos de los ultras.

Los analistas de Medio Oriente dicen que Netanyahu necesita esta mayoría parlamentaria para aprobar una reforma judicial a su medida que lo aleje de una posible sentencia condenatoria en el proceso por corrupción que se sigue contra él y que puede llevarlo a la cárcel. Si no fuera por esa vulnerabilidad, muchos aseguran que el primer ministro habría finalizado la guerra en Gaza hace mucho tiempo, pues los éxitos militares en Líbano, Irán y Siria le habrían permitido negociar con Hamás la liberación de los rehenes (20 vivos y 30 muertos) que siguen en su poder.

Pero ahora, en manos de las fuerzas más mesiánicas y antidemocráticas de su gobierno, partidarios de utilizar el hambre como arma de guerra, Netanyahu parece haber perdido el control de la situación. Su gobierno no tiene un plan para el día después en la franja porque no está previsto que haya día después sino una anexión del territorio. Si Trump no interviene cerrando chorro de la ayuda en armas y dólares, como lo hicieron en su momento Reagan y Bush, esta situación caótica va a continuar.

Una de las frases más repetidas durante las marchas de cientos de miles en Tel Aviv decía “Es suficiente”. La grita su pueblo y la repite más de medio mundo. Sus propios expertos en inteligencia han expresado que una guerra deja de ser justa cuando se mantiene más allá de sus objetivos militares. Pero Netanyahu sigue haciendo oídos sordos. ¿Hasta cuándo?

Sigue leyendo

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD