De acuerdo con el Dane, la inflación anual de 2019 fue 3,8 %. Una cifra superior al 3,18 % del año anterior. Por su parte, en el último mes del año los precios crecieron 0,26 % por debajo de la expectativa de la encuesta mensual del Banco de la República (0,28 %). Aunque la variación anual de los precios fue mayor en 2019 que en 2018, hay que tener en cuenta el temor que había de que fuera aún más alta y estuviera por fuera del rango meta de la política monetaria (2-4 %).
La aprensión se originaba en que, a lo largo del año, la economía colombiana sufrió diferentes choques como, en especial, la volatilidad inesperada de la tasa de cambio que disparó los precios de algunos bienes y servicios importados. Además, a la inflación también la afectó el cierre de la vía al Llano y las condiciones climáticas adversas que afectaron los precios de los alimentos.
Al final del año los choques habían sido absorbidos, en buena medida, por la economía, con lo cual la inflación anual, que llegó en septiembre a rozar el techo del rango meta (4 %), comenzó de nuevo a ajustarse hacia la meta de largo plazo del 3 %. Así las cosas, con el 3,8 % de inflación anual de 2019 la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) cumplió el objetivo de mantener el poder adquisitivo de los colombianos en el año que pasó.
La información desagregada de la inflación también muestra que hay grupos de productos y servicios cuyos precios están creciendo por encima del promedio y deben ajustarse a la baja para alcanzar la meta de inflación en 2020. Tal es el caso de los precios de los alimentos y bebidas (5,8 % de variación anual en 2019), la educación (5,75 %), restaurantes y hoteles (4,23 %) y los precios de las bebidas alcohólicas y el tabaco (5,48 %). Esa es la razón para que las expectativas de inflación medidas por el Banco de la República para 2020 (3,36 %) y por Fedesarrollo (3,5 %) permanezcan ligeramente por encima de la meta de largo plazo.
Las actuales condiciones de la economía, como son una inflación controlada, expectativas alineadas para esa variable y crecimiento moderado de la economía, indicarían que la política monetaria puede seguir siendo moderadamente expansiva en 2020. Al respecto, siempre hay que tener en cuenta la información nueva que vaya apareciendo y que puede afectar los precios de los bienes y servicios que se transan en Colombia. El precio del dólar, en particular, cayó al comenzar el año, pero es factible que la incertidumbre política lo haga subir de nuevo, presionando al alza los precios de los insumos y los bienes de consumo importados.
Tampoco es buena noticia el aumento del 6 % en el salario mínimo, que afecta los costos de los empresarios y los precios que están indexados a ese indicador. Sin dejar de mencionar, por último, que las lluvias estuvieron escasas en la segunda temporada invernal de 2019, algo que seguramente va a afectar los precios de los alimentos, sobre todo si la temporada seca que se está iniciando es intensa y larga.
Las condiciones están dadas para que, si nada extraordinario se presenta, en 2020 se converja al 3% de inflación, aunque no la tiene fácil la JDBR: son muchos los riesgos que se ciernen sobre la inflación y que la pueden alejar del 3%, pero la credibilidad en la política monetaria debe impedirlo.