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Vamos por buen camino, el sector privado hace grandes esfuerzos y el gobierno ayuda para que entren más ingresos por esta vía. Pero hay que mejorar la oferta, tener más personal bilingüe y combatir la inseguridad.
A Colombia le está yendo bien con la llegada de turistas. El año pasado fue el cuarto país que reportó un mayor crecimiento de viajeros, después de Catar, El Salvador y Curazao. Así se ha convertido, junto con el agro, en uno de los dos sectores más dinámicos de la economía de nuestro país.
Esa llegada de viajeros de otras naciones debemos celebrarla porque no solo significa más recursos para el país sino, ojalá, la oportunidad de que en el exterior se conozcan todos los destinos exóticos, las bellezas naturales, nuestras vibrantes ciudades, carnavales y la amabilidad de los colombianos.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Agencias de Viaje (Anato), y como lo ha dicho el presidente Gustavo Petro desde su campaña, el turismo puede convertirse en uno de los motores más poderosos de la economía. En 2024 aportó más de 40 billones de pesos (US$10.000 millones) y es el segundo mayor generador de divisas, superando al café (US$3.393 millones) y al carbón (US$7.106 millones).
Además, el turismo genera miles de empleos y ayuda a las comunidades de los territorios que han sido excluidos del progreso y que han visto en los últimos años como aumentan las visitas de extranjeros en busca de paisajes naturales, que los tiene por doquier el país. En lugares como el parque Tayrona y la Sierra Nevada de Santa Marta, por solo mencionar un ejemplo, son más los turistas foráneos que los nacionales. Y hay otros que comienzan a explorar zonas del Meta, del Guainía y el Guaviare, hasta hace poco inexploradas por los extranjeros. Bienvenidos todos los visitantes siempre y cuando sea un turismo sostenible y de respeto con los colombianos.
Este comportamiento obedece en buena parte al efecto del Acuerdo de Paz con las Farc que desde hace unos años ha regado por el mundo la noticia de que ahora se puede viajar sin correr mayores riesgos por Colombia. Ojalá esta ronda de violencias recicladas que estamos comenzando a padecer de nuevo en zonas como Catatumbo, el Cauca y Chocó, no ahuyenten de nuevo a los turistas.
Si bien hay que destacar los importantes avances que se han hecho en este tema, también hay que poner las cosas en su real dimensión y hacer claridad en las cifras. El año pasado llegaron a Colombia 6,7 millones de viajeros, un crecimiento del 8,5% frente al 2023 y del 41% si se compara con el 2022 cuando ingresaron 4,7 millones. Sin embargo, en estas cifras se incluyen a los colombianos residentes en el exterior y en zonas de frontera, es decir, a quienes viven afuera, pero vienen al país no necesariamente a hacer turismo sino a visitar a sus familiares o hacer alguna diligencia.
Si excluimos a los colombianos residentes en el exterior, el total de visitantes extranjeros, contando a los pasajeros que arriban en cruceros internacionales y que están por unas pocas horas en territorio nacional, la cifra se reduce a 4,8 millones de turistas foráneos, muy por debajo de los 12 millones que espera el presidente Petro para reemplazar los recursos del petróleo y el carbón, y más lejos aún de la cifra de 20 millones que dice el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Luis Carlos Reyes.
El año pasado en el planeta, según datos de la Organización Mundial de turismo (OMT), se movilizaron 1.400 millones de viajeros, niveles similares a los de antes de la pandemia. De esa cifra, el continente americano recibió 213 millones de viajeros. Es decir, que Colombia logró atraer al 2,2% de los visitantes de la región.
México sigue liderando el ranking con cerca de 40 millones de turistas. Llama la atención el caso de El Salvador, con 3,2 millones de visitantes externos y un crecimiento del 81% en los últimos años. Teniendo en cuenta que dicho país tiene 6,3 millones de habitantes, el número de turistas equivaldría como si a Colombia la visitaran más de 25 millones el año pasado. El presidente de El Salvador Nayib Bukele sacó pecho y dijo que su país “pasó de ser la capital mundial de los homicidios al segundo destino turístico con mejor rendimiento en el mundo”. Colombia, sin duda, podría atraer muchos más turistas si existieran mejores condiciones de seguridad, que como mencionamos se han agravado en el gobierno de Gustavo Petro.
Otro tema en el que viene insistiendo Anato es en la reducción de costos, especialmente en el IVA del 19% para hoteleros y aerolíneas. Con un impuesto menor, una tarifa diferencial, se fomentaría más el turismo interno, entre regiones, que es un gran dinamizador económico.
Vamos por buen camino en atracción de turistas, el sector privado está haciendo grandes esfuerzos y el gobierno está ayudando para que al país le entren más ingresos por esta vía. Pero hay que hacer mucho más. Hay que mejorar la oferta turística, tener más personal bilingüe y preparado, combatir la inseguridad, castigar a los avivatos que se aprovechan de los viajeros, y promover más los destinos de naturaleza, los llamados territorios nacionales que tienen mucho que ofrecer y mostrar.