Un sitio. Restaurante Maru Rico. Espacioso, cerca de doscientos cincuenta comensales pueden atender al tiempo. Platos variados, la típica cocina colombiana con precios adecuados. Porciones muy al estilo paisa, o sea generosas. ¿Platos recomendados? Le pregunté al chico que me atendió. El no dudó en contestar: la sobrebarriga a la llanera. Me mató con ese título. Unieron dos platos en un nombre. Bien, le dije, probemos la sugerencia. Se describen como una comunidad empresarial. Entre diez meseros, siete cocineras, dos hombres en el bar y un cajero sacan adelante la operación, de lo que para mí, es un monstruo de sitio. Una gran bodega con decoraciones de finca, adornan el lugar, que desde 1986, es un símbolo de la cocina tradicional. Luego de quince minutos llegó la sobrebarriga, acompañada con tres arepas, dos papas y una yuca con hogao. La textura de la carne me gustó. Poca sal y un leve tostado la caracterizan. Pedí una degustación de fríjoles y los encontré ricos de sabor, pero algo duros. Maru Rico cumplió. Dos puntos en contra. Demorado el servicio, un cuarto de hora es mucho para un lugar que solo atiende desayunos y almuerzos. El otro punto es que tienen televisores que afean y no aportan. Maru Rico, comida típica con tradición y sabor, dice en la carta.
Un chef, Guido Gallia. Llegó a Medellín con la intención de enseñar la verdadera cocina peruana. Gallia pertenece desde el 2007 a la Academia Culinaria de Francia. Por ahora está promocionando su centro de estudio con clases de cocina a grupos del sector culinario. Guido es vicepresidente de la Asociación de Escuelas Gastronómicas de América y en 1997 fundó el Instituto de Alta Cocina D’Gallia, debido a que Perú tenía cocineros empíricos. El chef ha publicado dos libros: Entre olivos y Pulpo entre amigos. En el primero recopila recetas en las que la protagonista es la aceituna, no olvidemos que Perú es uno de los pocos países donde este fruto se puede dejar madurar en el árbol antes de la cosecha. El segundo es un tributo al cariño y amistad, reuniendo las recetas de sus pares, a través del noble pulpo, como ingrediente principal. Llega a Colombia un hombre muy importante en el escalafón de la cocina mundial, nos trae una buena nueva, la cocina peruana va más allá de lo que nos ha llegado hasta ahora. Es un maestro que sueña con que sus alumnos lo superen, así como el padre espera que su hijo lo sobrepase. Bienvenido Guido.