En los salones de clase de las facultades de Comunicación se suele decir que el periodismo llegó tarde al cambio más reciente de paradigma tecnológico. Fueron ingenieros y programadores los que le dieron forma al futuro de las comunicaciones, los que plantearon las dinámicas de los nuevos medios y los que han recibido los beneficios económicos de esta revolución tecnológica. Los medios tradicionales entraron en crisis, algunos han sabido mantenerse a flote, inventando modelos de monetización que en el mejor de los casos evitan que el negocio se vaya a pique.
Sin embargo, un entorno tan volátil y tecnificado también se convierte en un crisol en el que nacen medios nativos digitales que saben cómo mantener cautivas a las audiencias y amasar una fortuna contando historias, ejerciendo lo mejor del periodismo, aprovechando la avidez que los públicos tienen por el entretenimiento. Un ancestro de esos medios es Buzzfeed, portal que empezó a inyectar sus notas de viralidad, a veces sacrificando la calidad, pues su agenda informativa estaba salpicada de gatitos. Otro medio, o para ser más específico, otra plataforma de medios que revoluciona con sus metodologías para crear contenidos es Vox. Con un sitio web de noticias consolidado, una estrategia de redes sociales potente y novedosa, sus producciones en video, animación e infografía son impecables, y los enfoques de sus historias suelen ser tridimensionales, críticos y rigurosos. Para acceder a sus contenidos, por otro lado, solo era necesario un navegador de internet.
Semejante dinamismo hace natural que las producciones de Vox salten a plataformas como Netflix y no lo pudieron hacer de una mejor forma que con la serie documental “En pocas palabras”.
Con una primera temporada de 20 episodios y una segunda que cada semana entrega un nuevo capítulo, Netflix y Vox elevan su apuesta por los contenidos de profundidad que mezclan equilibradamente información, educación y entretenimiento.
El enfoque de cada episodio se centra en explicar algún fenómeno de la humanidad y el mundo contemporáneo. Los orgasmos femeninos, la fiebre por los tatuajes, el auge de los multimillonarios, por qué nos gusta la música, la vida extraterrestre, las bases científicas de la astrología, la monogamia, entre otros, son los temas de los que se ocupa esta serie documental.
En poco más de veinte minutos, cada entrega se encarga de explorar exhaustivamente el tema en cuestión con un rigor evidente en la cantidad de fuentes consultadas, expertos y especialistas exponen argumentos basados en investigaciones académicas, personas del común ofrecen testimonios emotivos; animaciones, gráficos y representaciones visuales simbólicas ayudan a comprender temas que a veces son tabú y otras veces parecen tan complejos que preferimos no ocuparnos de ellos.
El asombro es el efecto más frecuente ante estas narraciones frenéticas de la realidad. El episodio de la edición genética nos enseña que ya es posible diseñar el color de ojos de un bebé y editar su adn para descartar todo lo que pueda hacerlo propenso a enfermedades. La investigación sobre los multimillonarios muestra cómo han amasado fortunas inauditas hombres y mujeres -sobre todo hombres- que en algunos casos han desarrollado inventos que han cambiado nuestras vidas. Hay un episodio que se pregunta si podemos vivir para siembre y aborda las exploraciones de la ciencia para aumentar el promedio de vida. El que se ocupa de la crisis mundial del agua es escalofriante, expone los hechos más radicales que demuestran que si no se toman acciones contundentes, pronto nos estaremos peleando mezquinamente por un vaso de agua potable.
El formato para narrar este tipo de historias es tan efectivo, que incluso Netflix financió un spinoff de cinco episodios dedicados solamente a explicar la mente. La memoria, los sueños, la ansiedad, la conciencia y los alucinógenos son materia de una temporada que de verdad nos lleva al centro de lo que en últimas nos convierte en seres humanos: el órgano con el que procesamos la información que nos llega del mundo y con el que creamos, transformamos y cambiamos la realidad.