Las selvas, que cubren un tercio de la superficie terrestre del mundo, tienen un papel crucial para alcanzar las Metas del Desarrollo Sostenible.
No podemos superar los retos futuros sin preservar nuestros bosques.
Ellos son el hogar de tres cuartas partes de la biodiversidad terrestre del planeta, la cual representa un recurso genético irremplazable para el desarrollo futuro de la agricultura.
Los bosques también soportan la agricultura manteniendo sanas las fuentes de agua, proveyendo hábitats para los polinizadores y ofreciendo protección contra los extremos climáticos.
Si son manejados de forma sostenible, secuestran carbono contribuyendo a la mitigación del cambio climático.
Millones de personas dependen de los bosques y de las plantas y animales que viven en ellos, para satisfacer sus necesidades de alimentación, energía y cobijo.
Los bosques generan igualmente empleo, y son la base para mejorar el sustento rural de pequeñas empresas.
Si queremos que continúen haciendo estas y otras contribuciones a nuestro planeta, debemos asegurarnos primero de que los bosques tengan un futuro.