Siempre hemos reconocido que del total de los 16 delitos que tienen un seguimiento permanente, el hurto en algunas modalidades (de celulares, de establecimientos comerciales y de residencias) es una de las preocupaciones. Los bancarios han rebajado de 24 casos, en 2013, a 4, en 2014.
Ahí está la gran preocupación porque este año, en esos tres delitos, se siguen presentando incrementos. Por ello implementamos un plan de choque con la Fiscalía y la Policía, el cual se le presentó al presidente y a los ministros la semana pasada. Es el foco y la prioridad para rematar nuestra gestión en seguridad.
Siempre hemos reconocido que la delincuencia en Medellín es organizada, estructurada, con muchos años de “experiencia” y una “gran capacidad” de mutación, y por ello tenemos un reto muy grande.
Pero cada vez su control territorial es menor, a la vez que la institucionalidad gana terreno. El incremento de los cuadrantes de policía demuestra ese crecimiento. Así mismo, los golpes estructurales a los combos y bandas, con capturas en todos los niveles de esas organizaciones, muestran que hay una ruta.
La tarea es seguir avanzando porque no hay una victoria completa, pero la ciudad sí mejora y ese será el reto de la próxima administración.