La Constitución y las leyes en Colombia mantienen una situación de hipocresía. Todo el mundo sabe que los servidores públicos en general, y más los que trabajan en el Ejecutivo, hacen política aunque esté prohibido. Sería bueno que el país se sincerara e, igual que ocurre en otros países, se permitiera, dentro de determinadas restricciones, que los ministros y funcionarios pudieran hacer política. Y que lo hagan con transparencia, y no oculta como ocurre ahora. Pero para eso se requiere una reforma constitucional, pues lo que está pasando hoy en día es contrario a la ley.
El vicepresidente Vargas Lleras le ha imprimido al sector de infraestructura una dinámica que no tenía antes. Eso le da mucha visibilidad. No creo que se esté excediendo de conformidad con lo que él convino con el señor presidente. Este, cuando no está de acuerdo con lo que hace o dice el vicepresidente, lo llama al orden. De resto, todo lo que hace es porque está delegado por el presidente. Por otro lado, en materia de acuerdos políticos, de manejo del Congreso así sea con mermelada, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, también puede mostrar resultados. Y la ministra de Trabajo, Clara López, ha intervenido de frente en política, mientras fracasaba en la negociación del salario mínimo para 2017.