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Por Ernesto Ochoa Moreno - ochoaernesto18@gmail.com
En la edición del pasado19 de julio EL COLOMBIANO publicó una columna de Mario Vargas Llosa titulada Azorín cumple 150 años, en la que el Nobel peruano de Literatura nos aconseja y reta a leer al gran escritor de la Generación del 98. No quisiera dejar caer en el olvido su consejo. Si uno quiere escribir bien en español, tiene que leer a Azorín. Es el maestro.
Para mí lo fue y lo sigue siendo. Desde que leí sus obras completas, un bello y grueso volumen que tuve en mis manos cuando era adolescente y cuyo rastro perdí, la prosa del amado y admirado escritor español ha sido luz y guía. Y a él vuelvo cuando necesito no perder la fe, las ganas y le emoción de escribir estas columnas de opinión que ya son más de cuarenta años que he venido publicando. Primero en El Mundo, luego en EL COLOMBIANO.
Azorín era el seudónimo de José Martínez Ruiz, quien nació en Monóvar (Alicante) el 8 de junio de 1873 y murió en Madrid el 2 de marzo de 1976. Es uno de los máximos exponentes de la literatura española del siglo XX y, en concreto, de la llamada Generación del 98. Como homenaje y para antojar a los periodistas jóvenes a la invitación de Vargas Llosa de leer su obra hoy, me tomo la libertad de reproducir las siete normas que el escritor daba para forjar un estilo literario. Las había publicado en un artículo de 1945, titulado “Estilística”, que recuerdo haber leído en el libro El artista y el estilo, de la colección Crisol, de Aguilar, que todavía guardo en la nostalgia, como un pájaro dormido. -1) “Poner una casa después de otra y no mirar a los lados. Escolio: hay que escribir directamente; es superfluo todo lo que dificulte la marcha del pensamiento escrito... No mirar a los lados es evitar cuestiones secundarias y marginales”.
Se trata de evitar incisos, frases intercaladas que entorpezcan la idea que se quiere decir. Para Azorín la perfección está en la sencillez, en la claridad, no en la abundancia. La perfección es desnudez. -2) “No entretenerse. Escolio: no amplificar; es propio de oradores el desenvolver con prolijidad un tema. Lo que en oratoria es preciso, huelga en la escritura”. 3) “Si un sustantivo necesita un adjetivo, no lo carguemos con dos. Escolio: el emparejamiento de adjetivos indica esterilidad de pensamiento. Y más la acumulación inmoderada”. -4) “El mayor enemigo del estilo es la lentitud. Escolio: no hay estilo lento que pueda perdurar...”. -5) “Nuestra mayor amiga es la elipsis. Escolio: No tengamos miedo a la elipsis, es decir a la abreviación violenta”... -6) “Dos cualidades tienen los vocablos: una de ellas es el color. Escolio: el color de los vocablos hace referencia a su novedad o su ranciedad; pueden ser también los términos populares o cultos; del mismo modo serán propios o impropios, puros o impuros, castizos o extranjerizantes. El color de los vocablos no forma el estilo...”.
-7) “La otra cualidad de los vocablos es el movimiento. Escolio: entramos con esto en el núcleo de lo que es el estilo. El estilo es el movimiento. Y el movimiento lo da la colocación de los vocablos, la construcción, la sintaxis. El movimiento es la vida. No hay vida sin movimiento”.