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Columnistas | PUBLICADO EL 27 enero 2023

Una palabra, toda una memoria

La memoria es eso que puede cambiar tanto como los relatos que los demás nos cuentan de los acontecimientos, la memoria puede modificarse del mismo modo que las fronteras.

Por Diego Aristizábal Múnera - desdeelcuarto@gmail.com

Todo empezó con la palabra “dacha”, que había leído alguna vez en las novelas rusas de la adolescencia y que, sorprendentemente volvía a aparecer en la novela más reciente de Deborah Levy, El hombre que lo vio todo, una palabra, sin duda insignificante para el abordaje relevante de la memoria, de cómo la historia puede repetirse cuando no reparamos nuestros errores, que es el eje central y profundo de la novela, pero que a mi mente lo único que parecía generarle curiosidad, al menos por un momento, era la palabra: dacha. “A solas en la dacha Walter había hablado libremente con el cuerpo”, “acepté acompañar a Luna a la dacha el fin de semana”. La palabra se repetía una y otra vez, y claro, yo recordaba su significado, lo deducía por el contexto, pero igual sentía la necesidad de volverla a buscar, no en internet, ni en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, sino en el Gran Espasa Ilustrado de 1997, un libro que guardo con enorme cariño al lado izquierdo donde me siento todos los días a trabajar.

Apenas abrí el Gran Espasa, me volví a ver a mis 17 años cuando recién había vuelto de prestar el servicio militar obligatorio, qué épocas irresponsables esas, uno con un fusil enorme por ahí, “cuidando”, así de absurda era la vida, y mi padre, que estaba estudiando la especialización en educación, había comprado este diccionario al que ahora le ha pasado el tiempo y tantas consultas maravillosas. Lo abrí tratando de acertar en la letra D, pero apareció la E, de Ende Michael, cuando todavía estaba vivo y se veía vital con las manos arriba hablando, seguramente, de La historia interminable. En esa misma página, una hoja doblada y la letra de mi padre que decía: Volver sobre: Piaget, Humberto Maturana, Adela Cortina y Daniel Goleman.

Finalmente, encontré en la página 413 la palabra dacha: (Voz rusa.) f. Casa u hotelito campestre de recreo. Esta definición es lo de menos, pienso, apenas vuelvo a leerla, pero abrir este libro es la demostración del paso del tiempo y le da más sentido a la novela de Levy, después de todo, fui muchas veces feliz recorriendo el mundo de aquel entonces, mirando algún mapa, la cara de Charles Laughton, de Joe Louis, la vista del Popocatépetl, los componentes de un satélite artificial, entre tantas cosas que están dentro de mí como retazos de un momento.

Buscar esta palabra, pasar por los acontecimientos históricos ocurridos hasta 1997, se parece mucho al libro de Deborah Levy, a veces “la sangre se seca antes que la memoria”, y la memoria es eso que puede cambiar tanto como los relatos que los demás nos cuentan de los acontecimientos, la memoria puede modificarse del mismo modo que las fronteras, solo basta que miremos los mapas a lo largo de la historia para que sepamos muy bien lo vulnerables que son los territorios, y nosotros también, y cómo nos repetimos si no aprendemos.

Diego Aristizábal

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