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Columnistas | PUBLICADO EL 13 febrero 2022

Una empresa joven es una...

Una empresa joven es una...
Por David Escobar Arango* - david.escobar@comfama.com.co
Infográfico

Querido Gabriel,

“Esta empresa es como una tía con Tik Tok”, dijo alguien y me dejó pensando. Imagina que tienes una tía a la que quieres y quien te quiere mucho; es amorosa, bien intencionada, sabia, quizás algo anticuada. Un día le da por abrir Tik Tok. ¿Qué le dirías?, ¿le ayudarías o aconsejarías? Así se vea a ratos extraña, creo que coincidimos en que sería tierna y admirable, valorarías su disposición de conectar, como cuando un extranjero balbucea sus primeras palabras en nuestra lengua.

¿Será que las empresas nos debemos preocupar por comprender y estar más cerca de los jóvenes? Parece urgente, teniendo en cuenta que los jóvenes son una de cada tres personas en Colombia y uno de cada cinco de los empleados de las grandes empresas. ¿Conversamos sobre qué significa ser una empresa joven? ¿Invitamos a La Haus, Mattelsa, Protección y Haceb, que se destacan en esto? ¿Incluimos a jóvenes empleados o que estén incursionando en el mundo laboral?

Hace poco conversé con algunos de los más de mil doscientos jóvenes que trabajan en Comfama. Salí con la mente en ebullición de tantas y tan buenas ideas, con el corazón conmovido por la apertura para compartir críticas, emociones, temores, gustos y disgustos. Terminé el encuentro rejuvenecido, inspirado y lleno de lecciones que quisiera compartir.

Una empresa joven debería, para comenzar, nombrar a los jóvenes, reconocerlos, confiar en ellos. Una de las más simples formas de mostrar confianza es contratarlos cuando aún no tienen experiencia. Solo compartiendo con ellos comprenderemos sus voces.

Luego, esta empresa comenzará a hablar de una manera comprensible, ¡será la tía del Tik Tok! No negará su antigüedad: se expresará con humildad. Los jóvenes la sentirán cerca porque ella ha decidido romper su burbuja, caminar con ellos, valorar lo que son, lo que pueden y lo que hacen.

Quizás, en algún momento, se volverá integralmente joven, ya no “una tía” haciendo esfuerzos por acercarse y parecerse —aclaro que adoro y admiro a mis tías—, sino un ser multi-generacional, actual, cuyo abrazo se siente cálido, firme y sincero.

Esa empresa será distinta. Nadie será “demasiado joven” para un cargo de liderazgo, tendrá una “junta joven”, contratará diferente, ajustará sus valores y abandonará los organigramas. Su lenguaje, sus formas y su alma coincidirán; más que una empresa para jóvenes, será auténticamente moderna, estará lista para el futuro; parafraseando al poeta Joan Vicenç, “inspirará confianza, tendrá integridad, será de una pieza porque, si no, ¿quién habría de seguirla si camina perdida?”.

Al final, gracias a estos cambios, la juventud lo sentirá en las calles, sabrá que la respetamos, que son parte de las empresas y no solo un “segmento” para atender, nos tendremos afecto. Los jóvenes verán que trabajamos con, para y por ellos; la vida será más divertida y el trabajo será, como aprendí a decir con timidez al comprender que es una palabra ancestral indígena que hoy en día significa algo completamente diferente a cuando mi madre me la prohibió hace treinta años: ¡una chimba! 

David Escobar Arango

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