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Columnistas | PUBLICADO EL 19 enero 2021

Un inicio sin luna de miel

Por david e. santos gómezdavidsantos82@hotmail.com

La presidencia de Joe Biden prende motores con una herencia maldita. Con las peores cifras que un mandatario estadounidense haya recibido en la historia reciente de la potencia. Con millones de personas considerándolo un mandatario ilegítimo -azuzados por las mentiras del desquiciado Trump-, con el conteo de muertos por la pandemia de coronavirus sin freno, con la economía destrozada, el sistema de salud colapsado y la política multilateral entre el desconcierto y el recelo hacia Washington.

Mañana, cuando él y su vicepresidenta Kamala Harris juren su mandato ante una explanada vacía, los servicios de inteligencia estarán monitoreando cada movimiento porque la amenaza de un ataque es real. Se teme un atentado. A este nivel de locura se ha llegado tras el cuatrienio de Trump que contó, sin mayores reclamos, con el impulso que los conservadores le brindaron con el único objetivo de recabar votos aupados en la demagogia y el abuso de las minorías.

El largo y pedregoso camino que arranca ahora estará empantanado por un juicio de destitución que tiene pocas probabilidades de prosperar en el Senado y con el cual Biden no se siente muy a gusto, pero que es la oportunidad para borrar de la faz política a un multimillonario egocéntrico y racista que estuvo cerca de descarrilar a Estados Unidos.

Por ahora, la primera idea que tiene el veterano gobernante es un billonario plan de estímulo que ayude a taponar los agujeros sociales y económicos resultantes de una pandemia criminalmente desatendida desde la Casa Blanca. Para eso necesitará un amplio manejo político, y de cabildeo, algo que no será fácil con las mayorías mínimas -aunque mayorías, al fin y al cabo- que tiene en ambas cámaras.

Los republicanos, dinamitados ellos también desde adentro, empiezan en este 2021 un nuevo camino. ¿Cómo reconstruir la confianza de su base partidista tras ser caja de resonancia de un maniático? ¿Qué tan fuerte se mostrará el trumpismo en los años venideros? ¿Sus últimas locuras violentas le cerraron para siempre su oportunidad en lo público? El mayor temor es que el huracán de la extrema derecha siga. Que Trump, sin las exiguas formas presidenciales que lo mantuvieron cuerdo en sus últimas horas, explote de nuevo para derramar un discurso de mentiras y odio que impida cualquier avance sustancial en esta nueva era

David E. Santos Gómez

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