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Columnistas | PUBLICADO EL 10 octubre 2020

Trampas y tramposos

Por RAÚL E. TAMAYO GAVIRIArtamayo@une.net.co

Romualdo era un hombre muy ingenioso y rebuscador, como buen paisa. Se inventó una trampa para cazar ratones, pero muy complicada para que no se la copiaran. Para asegurar sus planos se la llevó a un amigo industrial que le ayudara a patentar su invento.

- Deja el modelo de tu trampa que mañana la probaremos. Dijo el industrial.

Al día siguiente llegó Romualdo:

- ¿Qué tal mi trampa?

- Formidable, cuatro ratones muertos en la noche.

- ¡Qué maravilla!

- Sí, amigo. Los ratones al verla se murieron de risa.

Ahora están de moda las trampas y los tramposos abundan.

En el Congreso de la República tenemos un senador colombiano, Gustavo Petro Urrego, que intentó atacar a su patria, buscando que el Parlamento Europeo suspendiera negocios con Colombia, lo que hubiera sido de gran perjuicio para la economía del país que le paga millonarias dietas y privilegios, y que le “perdonó” sus incontables crímenes cometidos como guerrillero en el M-19.

En el Gobierno Ejecutivo tenemos altos funcionarios del Ministerio de Justicia, liderando la peligrosa reforma de los Códigos Comercial y Civil, que la Universidad Nacional ha propuesto. Reforma que autoriza al Estado a expropiar propiedades privadas, cuando no se manejen como el funcionario de turno opine y a no pagar deudas, cuando el deudor alegue cualquier dificultad para pagar. Reforma completamente expropiatoria, de corte comunista y socialista.

Tenemos también a una columnista de izquierda en El Colombiano que desde su columna critica y se burla de un editorial del periódico que le publica sus opiniones de izquierda.

Un periódico con 108 años liderando postulados de derecha, defendiendo la empresa privada, la democracia y la libertad de opinión y la religión católica, ahora se ve atacado con “fuego amigo” desde sus propios columnistas.

En El Colombiano sus propietarios han hecho un gran esfuerzo para mantener este medio, cuando el 50 % de sus accionistas adquirió la totalidad accionaria, asumiendo toda la responsabilidad de sostener la tradición, informando y opinando.

En Colombia tenemos libertad de expresión y libertad de prensa. Somos un país democrático y valeroso, pero la democracia, que tanto nos ha costado, no la podemos perder por debilidad.

Se entiende que por la misma democracia, tengamos que aceptar la presencia de enemigos en el Parlamento o en las Cortes del poder Judicial, por su sistema de conformación, pero no podemos aceptar mamertos en el Ejecutivo de un gobierno elegido por una mayorías de derecha, que defienden la propiedad privada y la libre empresa. Ya el presidente Iván Duque pidió algunas renuncias de altos funcionarios.

Entiendo que tampoco un periódico de la empresa privada puede aceptar que sus columnistas ataquen y se burlen de la Dirección. Ya es suficiente que se les publiquen sus opiniones a quienes opinen diferente a la orientación del Director.

Ñapa: Las propuestas de Petro fueron derrotadas en el Parlamento Europeo, espero que en Colombia los que opinan en contra de la derecha, lo hagan desde periódicos de otras ideologías.

Si quiere más información:

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