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Por Santiago Preciado Gallego
sprecia@unal.edu.co
El equipo más popular de la ciudad y del país cierra un año difícil. Sin embargo, logró una cantidad de puntos importantes y clasifica a un torneo internacional, corta una racha de casi una década ganando mínimo un campeonato por año, y en general culmina el ciclo más glorioso de toda su historia.
Para el año que viene cuenta con la presencia en el banco del técnico que más incidencia tuvo en el proceso pasado y con una afición cada vez más exigente y mal acostumbrada a ganar y a jugar bien. Esto no le está jugando a favor del proceso, la hinchada está impaciente con los jugadores, con el cuerpo técnico y con la dirigencia. A estos últimos les exige refuerzos de alta calidad a toda costa, a Juan Carlos Osorio dejar de hacer lo que lo hizo grande, y he aquí el primer gran escollo: ¿cómo no darle tiempo al entrenador que más cantidad de títulos ha dejado para las vitrinas y que es cotizado a nivel mundial? Hay que darle tiempo al proceso, que no recibió una base sólida como la que dejó “Sachi” Escobar hace casi 10 años, si no que recibió un equipo maltrecho, sin forma y con jugadores sin consolidarse.
Pareciera que nos costara entender este momento en el que nos encontramos, y solo para mencionar algunos casos, este año tuvimos la osadía de criticar y exigir la salida de un jugador mientras el equipo era puntero de la liga e iba ganando un partido, caso similar a lo ocurrido con el juvenil Brandon, el cual salió en un primer tiempo por la contundente crítica de la tribuna en pleno partido, lo que implicó la desaparición de dicho jugador casi por completo el resto del año.
Pareciera que se nos ha olvidado el grito de guerra que nos hizo conquistar el continente: “Vamos todos juntos, la hinchada y los jugadores”. Cuando todos hemos remado para el mismo lado hemos remontado partidos, hemos dado la vuelta a finales, hemos empujado al equipo en los peores momentos, es hora de reconocer que debemos volver a empezar y la comunión del equipo y la hinchada es fundamental.
El Atanasio Girardot debe volver a ser terror de los visitantes, debemos arrinconar con nuestro aliento y aguante a los jugadores rivales.
Debemos exigir resultados y buen fútbol pero entendiendo el proceso que se está llevando a cabo y que recién comienza.
¡Cuidemos a Nacional