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Columnistas | PUBLICADO EL 28 julio 2022

Promesas, hechos y eufemismos

Colombia no es el Silicon Valley de Latinoamérica, hubo avances, pero insuficientes. La corrupción dejó sin internet en pandemia a miles de estudiantes de las zonas rurales.

Por Mauricio Perfetti del Corral - mauricio.perfetti@gmail.com

El pasado 20 de julio, en la instalación del Congreso, Duque dijo: “hemos cumplido”. Pero ¿qué se cumplió? Para responder conviene revisar algunas cifras y cotejar logros con respecto al discurso de posesión del 7 de agosto de 2018.

Sobresalió este gobierno en la vacunación a la población contra el covid-19 (83,5 % con primera dosis y 71,2 % con segunda), así como en la reactivación económica después de los efectos del confinamiento (crecimiento de 10,6 % en el año 2021 y proyección de 6,5 % en 2022); también, en la continuidad del programa de las vías 4G de Santos y el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes, que apoyó a 1,2 millones venezolanos. Destacable, además, la matrícula gratis para más de 720 mil estudiantes de estratos 1, 2 y 3 en las universidades públicas; el 92 % de los matriculados de estas universidades contó con dicho subsidio (Informe de la ministra de Educación).

También hay nubarrones en materia económica, como la alta inflación (variación anual IPC 9,67 % junio de 2022 vs. 3,20 % junio de 2018) y el elevado déficit fiscal, que se duplicó entre 2018 y 2022 (de 3,1 % a 6,2 % como proporción del PIB, solo gobierno central); ambos son alarmas con una posible recesión mundial. Ese elevado déficit contrasta con la promesa de su posesión: “invitar a que implementemos todas las reformas estructurales necesarias para garantizar la sostenibilidad de nuestras finanzas públicas”.

Otro reto sin suficiente atención es el aumento de la pobreza extrema, que pasó de 8,2 % en 2018 a 12,2 % en 2021 (último dato disponible). Esto significa, ni más ni menos, que seis millones de personas pasan hambre en Colombia; no basta con reducir la pobreza multidimensional. Este es un lunar del gobierno Duque, quien declaró en su posesión que sería “el gobierno de la justicia social [...] el que sabe cerrar las brechas entre ricos y pobres”.

Colombia no es el Silicon Valley de Latinoamérica, hubo avances, pero insuficientes. La corrupción, por ejemplo, dejó sin internet en pandemia a miles de estudiantes de las zonas rurales, por el sonado caso de Centros Poblados, a pesar de que Duque afirmó en su posesión que le dolían los escándalos de corruptela y se comprometió a “enfrentar con todas nuestras fuerzas la corrupción”.

El eufemismo que usó Duque para referirse a la paz (“paz con legalidad”) no resultó tan legal, pues no se reformó la Justicia; además, a junio de 2022, 245 firmantes del acuerdo de paz han sido asesinados y hay serias acusaciones de corrupción en los recursos destinados a la paz; específicamente, no se cumplió con la Reforma Rural Integral.

El gobierno de Duque será recordado por sus logros en vacunación, reactivación económica y la gratuidad en la educación superior pública, pero también por faltarles a la paz, a la lucha contra la corrupción, a los más pobres de los pobres y, en especial, a sus propias palabras de posesión cuando afirmó que “llegaba una nueva generación inspirada en la construcción de consensos llamada a gobernar libre de odios, revanchas y superando las divisiones de izquierda y derecha” 

Mauricio Perfetti del Corral

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