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Columnistas | PUBLICADO EL 02 marzo 2023

Opinar con desconocimiento

En Colombia somos expertos en opinar sobre temas que no conocemos, pero damos nuestros argumentos por lo que oímos de los también desconocedores del tema que se trata”.

Por Juan Gómez Martínez - redacción@elcolombiano.com.co

En Colombia somos expertos en opinar sobre temas que no conocemos, pero damos nuestros argumentos por lo que oímos de los también desconocedores del tema que se trata. Eso ocurre con la generación de energía eléctrica, con la explotación de hidrocarburos, con la minería, con el medio ambiente y, en general, con el asunto que se nos ponga por delante.

Se buscan sustitutos a la hidroelectricidad. Un recurso que tenemos en abundancia y que debemos explotar para surtir al país de esa energía hasta su agotamiento o hasta cuando se descubra otro que reemplace los beneficios de esta energía. Se habla de la energía solar que tenemos como país tropical, pero que no llega a suplir los beneficios de la hidráulica. Un experto me mostró, con estudios en la mano, que, para generar con energía solar, lo que se espera de Hidroituango, se necesitaría cinco veces el área que ocupa el embalse, para la cantidad de paneles solares requeridos. Además de que se necesitarían grandes alternadores para poderla transportar y también hay que tener en cuenta, que sólo se generaría, en el mejor de los casos, durante doce horas diarias. Y, me pregunto, ¿para qué todo eso si tenemos abundante energía hidráulica?

Ni para qué hablar de la, tan de moda, energía eólica que se presenta por ciclos, que no es una energía permanente, que necesitaría acumuladores y reguladores para que sea comercial.

Todo nace de la imaginación y del desconocimiento. Es una muestra de lo que ocurre en el país a todos los niveles.

Tratando otro tema, tenemos un presidente carente de todas las normas de la cortesía y de los buenos modales. Es que de esos temas no se aprende en el monte. Monta un espectáculo en televisión, de poco más de dos minutos, para despedir, sin previo aviso, a tres de sus cercanos funcionarios. Tres personas que, seguramente, se sacrificaron para ser sus colaboradores y freno en asuntos de extrema gravedad como son la reforma a la salud y la laboral. Personas que tenían una opinión diferente a la suya y, en los gobiernos de extrema izquierda, no se admiten opiniones contrarias al pensamiento y deseos del mandatario.

En las dictaduras y en los gobiernos de las tendencias de nuestro presidente, no se admiten opiniones contrarias al jefe de turno, si los funcionarios despedidos aceptaron el cargo, era para que se inclinaran reverentes ante cualquier acto y opinión del jefe. Esa es la forma de gobernar que estamos padeciendo. Esa es la manera de ejercer el poder la extrema izquierda, por esa forma de gobierno fue por la que votaron la mayoría de colombianos, con un poco de ajustes y empujoncitos de los organismos electorales.

Nos ponemos en las manos de Dios, para que encontremos la solución democrática al error tan grande que cometió el pueblo colombiano. Repasemos la hoja de vida del presidente para entender que no era la persona indicada y capacitada para ejercer la jefatura de la Nación.

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