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Columnistas | PUBLICADO EL 19 marzo 2019

Nuestro aire, más inspiración y menos crítica

Por juan camilo quinterojuanquinterocti@gmail.com

El fin de semana pasado fue crítico en materia ambiental en Medellín y su Valle de Aburrá. La gran mayoría de las estaciones de medición del Siata estuvieron en color naranja y rojo, situación crítica para la salud de los ciudadanos. Hoy día, más que preguntas sobre la búsqueda de los culpables de esta dolorosa situación, hecho que me hace señalar de cómo esta sociedad se acostumbró a buscar culpables en los otros sin ser conscientes que somos víctimas de nuestros propios andares, deberíamos aceptar que somos coautores del aire que respiramos. Y más aún deberíamos cuestionarnos qué hacer para mitigar la asfixiante situación.

A decir verdad, el problema de las emisiones es una situación de la cual empezamos a tener conciencia gracias a la tecnología. Son las estaciones de medición que capturan datos, los procesan y nos dan herramientas para entender que tenemos un fenómeno que nos mata silenciosamente y que cada día debemos evidenciarlo para encontrar la mejor manera de enfrentarlo.

La tecnología nos ha prendido las alarmas. El problema entonces es cómo disminuir los gases y material particulado en el ambiente. Resolver esto pasa por aplicar nuevas tecnologías pero también por desarrollar conciencia ciudadana. Veamos. En materia tecnológica se hace necesario introducir más rápido transporte eléctrico público y privado. Para ello, se deben generar apoyos en materia de subsidios, acceso a financiación con bajas tasas de interés que repongan en un plazo definido los buses, camiones y volquetas que circulan en el territorio. En esta iniciativa deben ser protagonista el gobierno nacional, las alcaldías del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, la Gobernación de Antioquia y por supuesto el AMVA, como institución líder en el tema ambiental. Y claro también deben sumarse empresas, colegios, gremios y demás instituciones para armar un gran programa de reposición de vehículos. Todo esto acompañado de exigencias en el cumplimiento de la norma de las revisiones técnico-mecánicas, cambiar el aceite a tiempo, utilizar aditivos reductores de emisiones, entre otros. Pequeños cambios estos últimos pero que suman en el gran impacto que queremos lograr.

Pero la otra acción es la conciencia ciudadana, creo es la más rápida, efectiva e inspiradora. Qué tal si cada uno de nosotros se compromete a llevar compañeros y amigos de trabajo en su carro, a usar más la bicicleta, a caminar más. Qué tal si las alcaldías nos ayudan con ciclorrutas tácticas sin necesidad de grandes inversiones para que la gente pueda usar su bicicleta con seguridad y buscamos conectar las estaciones del Metro con unas rutas de bicicletas. Pasemos de la queja, la inacción y la crítica a hacer lo que nos toca. Sí, es posible. Por ejemplo, escuché que un padre de familia del colegio Montessori desarrolló un programa para que los padres se turnen y caminando recojan a los niños de la zona para llevarlos al colegio. Iniciativas como estas pueden sonar pequeñas, pero lo cierto es que al final son las que nos pueden ayudar a cambiar realidades y a inspirar a otros.

Qué tal si cada uno de nosotros desde hoy adopta estos cambios para mejorar el aire de la ciudad, por pequeños que parezcan, y así mueve a otros a aplicarlos también. Sin duda, resolver esta problemática pasa más por la inspiración y menos por la crítica.

Juan Camilo Quintero

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