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Por Isabella Guzmán González
University of Queensland (Australia)
Carrera Periodismo, semestre 7
i.guzmangonzalez@uq.net.au
Cuando escuché el cántico de “Un violador en tu camino” un sentimiento de orgullo me invadió. Sentí que se me erizaba la piel viendo todas estas mujeres en pie de lucha cantando contundentes versos en los que eximían a la mujer de toda culpa del maltrato que la sociedad tanto nos ha metido en la cabeza, del murmullito que dice: “¿Quién sabe cómo iba vestida?, no tenía nada que hacer a esas horas y sola, o ¿quién la manda juntarse con esos tipos?”.
Rápidamente el orgullo que sentí de ver tantas mujeres unidas por el mundo protestando por siglos de violencia, se convirtió en impotencia cuando muchos hombres y mujeres convirtieron este himno en un chiste. Mis redes sociales se inundaron de memes y personas burlándose de la protesta, y leí cientos de comentarios atacando al feminismo. Muchos se escudaron detrás de la libertad de expresión y de la frase “el humor es humor y solo eso”. Así que como mujer quiero explicar por qué no es “humor y ya”.
Primero: tómese el tiempo de preguntarles a las mujeres que conoce si alguna vez las han acosado sexualmente. Me atrevo a decir que el 100% tendrá más de una historia que contar. Si no cree, le cuento, mi primer encuentro con el acoso sexual fue a los 9 años. Burlarse de la lucha del feminismo y de esta protesta en particular es decir: “Sí, a ustedes las violan; sí, las acosan, sí, las matan, pero no es tan grave”.
Segundo: el instante en el que usted hizo el chiste o el insulto la causa pierde seriedad y esto implica que la gente va a obviar la gravedad del problema del feminicidio y la violación y esto es preocupante en un país en el que han matado mujeres como Rosa Elvira Cely, ¿la recuerda? A ella la empalaron. Ya no suena tan gracioso, ¿cierto?
Tercero: porque por milenios las mujeres no tuvimos voz ni derechos, nos mataron, nos convirtieron en objeto sexual, nos silenciaron. Y hoy por fin podemos alzar la voz y reclamar nuestras vidas, derechos y libertad; algo que mi abuela y mi mamá no pudieron hacer, pero algo que nosotros sí podemos hacer. Cuando usted se burla e insulta nos está callando y después de años de silencio, nosotras merecemos hablar, tenemos algo que decir y no nos vamos a callar.
*Taller de Opinión es un proyecto de
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