<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
Síguenos en:
x
Columnistas | PUBLICADO EL 24 febrero 2023

Me declaro Antioquia 2040

En el Proyecto Visión Antioquia 2040, se han sabido integrar una visión colectiva, proyectos, información, conocimiento y distintos actores regionales.

Por José Manuel Restrepo Abondano* - Jrestrep@gmail.com

Hace más de una década pude ser testigo en esta región de Colombia del inicio del CUEE (Comité universidad empresa estado). Una figura que se extendió exitosamente a otros lugares del país, pero nunca con el modelo articulado, efectivo e imbricado que aquí se ha formado. Esto, junto con avances como el G8 o G7 (trabajo en equipo de instituciones de educación superior de la región pensando más en la cooperación que en la competencia), demuestran un ADN especial.

Estos logros indican que cuando hay capital social finamente tejido que piense más en el bien común que en el bien particular, se logran resultados extraordinarios. A propósito de esto, recientemente el diario El País hablaba de la urgencia de transitar de modelos de relación gobierno-empresa-academia-ciudadanía basados en el pesimismo, la desesperanza, la destrucción de confianza en las instituciones, a otros en los que brille el optimismo, la construcción de proyectos colectivos, en los que se pueda construir positivamente.

Este ha sido el camino que ha recorrido el Proyecto Visión Antioquia 2040, en el que se ha sabido integrar una visión colectiva, proyectos, información, conocimiento y distintos actores regionales. ¿Cómo no destacar este esfuerzo de construcción de diálogo social incluyente de cerca de 50 mil personas?

Hoy, a pesar del interés de algunos por destruir la exitosa institucionalidad antioqueña, la región logra una visión como el “corazón verde de América” en el que se brille por ser la región más educada, sostenible, innovadora, competitiva, multicultural y en paz de nuestra nación.

Una propuesta que toca las fibras de una región que tiene tres activos poderosos, que junto con su ubicación geoestratégica, abren una oportunidad. Me refiero a su biodiversidad, a la cultura, reflejada en su gastronomía, literatura, historia y arte, y sobre todo a un talento humano destacado por su vocación emprendedora, trabajadora y creativa.

Pero cuál es el siguiente paso? En mi opinión sigue aplicar la ecuación D=A+E+E Esto significa la difusión (D) de esta narrativa declarada, buscando tres caminos. En primer lugar, la apropiación (A) de la iniciativa en cabeza de los 7 millones de habitantes que aquí residimos, y sobre la base del empoderamiento (E) y enamoramiento (E) de la visión. De nada sirve una declaración en el aire si no somos capaces de materializarla, y de menos sirve si nos somos capaces de irradiarla con convicción.

Decía el maestro Miguel de Unamuno “quien no aspire a más llegara a no ser nada”, hoy somos ejemplo para el país, pero la nación espera mucho más de Antioquia. Nos corresponde asumir con liderazgo este nuevo papel al que se nos invita, sin olvidar que la agenda 2040 representa también un aporte a la construcción del país, más que una aventura regional asilada. Y en eso radica su legitimidad.

Antioquia es su bandera, son sus sueños, es su gente, es crecimiento, es innovación, es competitividad, es visión, es historia exitosa. No nos dejemos robar también la ilusión de lo que las instituciones han construido en proyectos emblemáticos de región. Aquellos destructores ya pasarán.

*Rector Universidad EIA

Si quiere más información:

.