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Columnistas | PUBLICADO EL 08 abril 2022

Mayiya Brava

No sirve ser viable para segunda vuelta si no hay chances en primera, por más que la campaña de Fajardo insista en negar el panorama actual apalancándose en ese escenario hipotético.

Por David González Escobar - davidgonzalezescobar@gmail.com

Petro, 36 %; Fico, 24 %; Rodolfo, 10 %, y Fajardo, 8 %, marcó la encuesta del CNC. Petro, 34 %; Fico, 25 %; Fajardo, 9 %, y Rodolfo, 9 %, marcó la encuesta Guarumo.

Todas las encuestas posteriores a las consultas del 13 de marzo —con ligeras diferencias entre sí— muestran un panorama similar hacia primera vuelta: Petro, primero; Fico, segundo, y Fajardo y Rodolfo, peleando por ser terceros.

En los desagregados de la encuesta del CNC se puede ver que los huecos más grandes de Petro están en los mayores de 56 años y en el voto femenino. Mientras que en hombres marca 42 %, en mujeres, 32 %, un hecho consistente en encuestas recientes. En edades, Petro pasa de 51 % en jóvenes a 27 % en mayores de 56. Caso opuesto al de Fico, que pasa de 33 % en mayores a sumar menos de la mitad en jóvenes, apenas 13 %. Segmentando desde regiones, no ha cambiado el panorama frente a las consultas. Fico barre en Antioquia y el Eje Cafetero. Petro arrasa en el Caribe, Bogotá y el Pacífico. Fajardo y Rodolfo, por el contrario, no han mostrado ventaja en ningún segmento.

Los escenarios de segunda vuelta son más difusos. Aunque son Narnia hasta que no sepamos quiénes son los candidatos que pasan a segunda vuelta, pintan escenarios provocadores: serían favorables para Fico y Fajardo. Un Fico contra Petro —el escenario más probable hasta ahora— sería un empate técnico.

¿Por qué no se le dedica la misma atención al resultado de Fajardo hacia segunda vuelta contra Petro si es igual de favorable al de Fico? La respuesta es fácil: justamente, porque no tiene un camino claro para pasar a segunda vuelta. No sirve ser viable para segunda si no hay chances en primera, por más que la campaña de Fajardo insista en negar el panorama actual apalancándose en ese escenario hipotético.

De El Desbarrancadero —mi novela favorita de Fernando Vallejo— siempre me ha quedado la imagen de Gonzalito, el primito del narrador que, cuando le decían “Mayiya Brava”, estallaba en un ataque irracional de rabia a darse cabezazos contra el piso. “¡Tan! ¡Tan! ¡Tan! Contra las duras, frías baldosas”. Mientras más le gritaban, más duro se daba.

Fajardo y el centro me están recordando a Gonzalito. Mientras más adverso pinta el panorama —primero en las consultas, ahora encuesta tras encuesta—, más se dan en la cabeza con las mismas fórmulas fracasadas: su superioridad moral, su poca voluntad por tender puentes, su falta de interés por apelar a un público más allá de las élites urbanas. Hoy Fajardo está más lejos de Fico que lo que Fico está de Petro. Tienen dos meses para conseguir los cuatro millones de votos que les quedaron faltando en las consultas, y tienen que hacerlo cuando no muestran ventaja en ninguna región, estrato ni edad. De no polarizar, pasaron a polarizar como única estrategia: sin Fico y sin Petro la campaña del centro no tiene qué la cohesione. Y, aún así, mucha cohesión tampoco se ve.

Así que todo apunta a que Fico contra Petro pronto dejará de ser Narnia. Será el mundo real 

David González Escobar

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