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Columnistas | PUBLICADO EL 29 junio 2019

Loa y responso por la clase media

Por ERNESTO OCHOA morenoochoaernesto18@gmail.com

“Yo, por el contrario, -se decía Robinson Crusoe oyendo los consejos de su padre- había tenido la suerte de pertenecer a la clase media, la que ocupa el centro de la escala social. Estaba, por tanto, a salvo de duros trabajos, de las tribulaciones y desgracias que afligen a quien se ve obligado a ganarse el pan con sudor de su frente, en el más estricto sentido de la palabra. Estaba también a salvo de los vicios, pecados y tentaciones que acompañan a quienes parecen libres de afanes, porque viven en el lujo y en el ocio, pero que se ven asaltados por secretas envidias, fustigados por el afán de prevalecer sobre sus semejantes y eternamente obligados, por tanto, a una vida llena de intrigas y de enemigos ocultos”.

Este elogio de la clase media se lee apenas arrancando la novela de Daniel Defoe, que está cumpliendo trescientos años, ya que fue publicada en 1719. Y el famoso aventurero, que se obstinó en desoír a su padre, sigue reflexionando: “Si yo tomaba la vía que mi padre me recomendaba vivamente, podría gozar de las alegrías de una vida laboriosa y serena, concediéndome los honestos placeres que puede permitirse un hombre sin ofender a Dios y al prójimo”.

Y continúa: “No era casualidad que la gente de condición humilde aspire a la vida de la clase media, que envidian a veces los mismo reyes. Tampoco era casualidad que los sabios pidiesen al cielo no les permitiese ser ni demasiado ricos ni demasiado pobres. Con estos y otros argumentos, mi padre trató de convencerme para que aceptase la vida que se abría ante mí con la bendición de Dios y que era la mejor vida posible, porque la felicidad está en el ‘justo medio’ de todas las cosas”.

Me perdona el lector esta larga cita que se me enreda al empezar la relectura de la novela que me aficionó desde niño a los libros y que ahora he emprendido como un homenaje. Y traigo a colación el texto, porque fue escrito en la época en que la revolución industrial empezó a dar paso a la era moderna, con todo lo bueno y la malo que trajo consigo. Así como dio pie al desarrollo técnico, desató también la polarización y la lucha de clases, la brecha entre ricos y pobres y todas las manifestaciones que hemos padecido, tanto de elevación del espíritu como de deshumanización e inhumanidad.

En ese siglo XVIII, en que fue escrita la novela Robinson Crusoe, nació precisamente la clase media. Vaya esta loa-responso en medio de la polarización que la está matando. Que nos está matando. La clase media ha muerto. ¡Viva la clase media!

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