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Columnistas | PUBLICADO EL 06 enero 2021

Las máscaras desnudas

Por Arturo Guerreroarturoguerreror@gmail.com

Pasaremos pronto de las máscaras vestidas, a las máscaras desnudas. La pandemia tal vez vino para recordar a la humanidad que no es necesario un trapo en la boca para tapar la personalidad. Y que, sin darnos cuenta, desde que salimos a la calle comenzamos a hacer teatro ante los demás.

Así describe la historia de este trueque la escritora argentina Luisa Valenzuela: “Los Akam de África occidental tienen lo que ellos llaman las máscaras desnudas, que en realidad son invisibles. Creo que esta es la máscara que usamos a diario”.

Está la cara, está la individualidad y está ese velo de niebla que sacamos al escenario público para posar de mejores. Lo componen un extravío de ojos, un fruncir en el ceño y, claro, las mil posturas de boca, dientes, lengua, labios.

Este conjunto de muecas constituye un capuchón de fingimiento. Los niños no lo llevan. Van por el mundo haciendo gestos que no ocultan sino sacan al aire su alma desprejuiciada. No se han dejado embozar, carecen de la noción del ridículo, ignoran que la vida consta de comedia y tragedia.

Poco a poco, a fuerza de burlas y sonrojos, a partir de la adolescencia hombres y mujeres aprenden de actuación, es decir de simulación. Entonces visten la máscara desnuda. Ellos mismos no se dan cuenta de que la llevan, mucho menos conocen quiénes y cómo se la confeccionan sobre medidas.

Cuando cayó sobre el mundo la pandemia del virus coronado, la humanidad fue castigada con la faja del tapabocas. Muchos protestamos porque nos robaba la identidad. Vano quejido, pues esa marca de fábrica la teníamos anulada desde mucho antes gracias a un progresivo desmoronamiento inconsciente.

El 2021 será la ocasión para recuperar la parodia. El tapaboca pasará a la historia y en su lugar reaparecerá la máscara desnuda. ¿Habremos triunfado? ¡Quién sabe! ¿Entregaremos el alma diáfana en la calle, luego de que el miedo al contagio se bata en retirada? ¿Regresaremos a la comedia y tragedia for export, que hemos representado sin percibirlo?

He aquí la verdadera medida de la nueva realidad. Porque volver al telón etéreo de la impostura significaría perpetuar el ninguneo de los demás. Mientras que la relación nítida de ojo a ojo podría facilitar dos piedades escasas en este país enemigo: la comprensión y la compasión

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