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Esto es lo que se llama una verdadera política pública con la que debe comprometerse el candidato que resulte ganador el domingo y que debería ser replicado en cada ciudad del país.
Por Rafael Pardo Rueda - opinion@elcolombiano.com.co
Conocí hace una semana las Manzanas del Cuidado. Es un programa del Distrito Capital de Bogotá orientado a las mujeres que ejercen las labores de cuidado, que fue hace poco premiado internacionalmente. Fui con Diana Rodríguez, de la Secretaría de la Mujer, y a quien se le ocurrió la idea ante la preocupación de la alcaldesa Claudia López de dar una respuesta efectiva a esta población de cuidadoras mal remuneradas y sin tiempo que hacen una labor tan importante en nuestra sociedad. Fuimos a la manzana de Bosa. De entrada, me encontré con una clase de montar en bicicleta en a que había poco más de setenta mujeres. Es una actividad que incluyen para estas mujeres de estratos 1,2,3,4 que difícilmente aprendieron a montar en bicicleta cuando eran jóvenes y que fortalece su entrenamiento físico y el cuidado de su salud. Después pasamos a la guardería. Había como diez niños y niñas menores de diez años. Las manzanas se aseguran de cuidar de los menores mientras sus madres asisten a los programas que estas ofrecen. Luego fuimos a las lavadoras que están allí para facilitar uno de los oficios que se la pasan haciendo en sus casas día tras día. Hay en el salón 7 lavadoras/secadoras. Fueron regaladas por Vanti, la empresa que distribuye el gas en Bogotá. La única donación que ha hecho el sector privado.
Inmediatamente después pasamos a la joya de la corona: la clase de rumba. Mas de cien mujeres, y algunos hombres, bailaban como trompos. La clase llevaba más de dos horas, se veía en los participantes una tremenda cara de satisfacción. La estación siguiente fue la piscina. Acababa de terminar la respectiva clase. Una piscina de 12.50 metros, suficiente para quien quiera nadar. Diana Rodríguez me dijo una frase: las mujeres están acostumbradas a permanecer siempre en las gradas: gradas en la piscina, gradas en la escuela, esperando siempre.
Y lo más importante del sistema: la educación. Les ofrecen a las mujeres tres horas diarias de primaria y tres de bachillerato para que puedan terminar sus estudios.
En el segundo piso de la manzana: un consultorio médico con todo lo requerido para asistencia en salud, talleres de bordado, todo tipo de talleres de costura, y dos salas de informática con computadores. Los niños, y también los mayores, juegan, hacen tareas, trabajan en lo que podría llamarse “deberes”, y manejan hojas de Excel, de Word, y de otros programas que desconozco. Hay una manzana del cuidado en cada localidad de Bogotá, excepto en Barrios Unidos y Sumapaz. Esto es lo que se llama una verdadera política pública con la que debe comprometerse el candidato que resulte ganador el domingo y que debería ser replicado en cada ciudad del país. Detecté a vuelo de pájaro la multiplicidad de entidades del distrito: a saber, la secretaría de la Mujer, la secretaría de Salud, la de Educación, el IRDD, entre otras, todas armónicas y sin logos identificando la entidad a la cual pertenecen, trabajando de manera transversal por un solo propósito.
Una sugerencia: a los alcaldes que resulten elegidos, pongan una caja de compensación a manejarlas o a contribuir y pidan al sector privado apoyo, es un proyecto de quitarse el sombrero.