viernes
8 y 2
8 y 2
Escribió Juan Tokatlian un interesante ensayo sobre su visión de La Paz Total y la legalización.
Podría decirse que estoy de acuerdo con todo el diagnóstico: la prohibición es un desastre, efectivamente genera distintos problemas de salud y de seguridad. Acierta en que no habrá paz total sin una legalización plena de las drogas. Y en que no saldremos adelante si no entendemos que está en juego la viabilidad como país.
Creo sin embargo, que los Estados Unidos no se opusieron ni a la paz con el M-19, ni a la paz con los grupos paramilitares, ni a la paz con las Farc-Ep, porque estos procesos no pasaban por un cambio en la forma de luchar contra las drogas. Pero las nuevas conversaciones de la Paz Total sí exigen cambios de fondo y es posible que entonces sí se opongan a las modificaciones a la Convención Única sobre Estupefacientes.
Debemos considerar que se trata de una convención internacional, firmada por 189 países. Solo 63 países pueden bloquear una modificación a la convención. Están los países árabes donde hay una prohibición a todo tipo de drogas. Los países africanos y asiáticos son similares. Los europeos y los latinoamericanos son más favorables a la legalización (por lo menos de la marihuana, de la coca no está muy claro aún).
Debemos preparar un sistema de salud que sea capaz de lidiar con las adicciones. El sistema actual, incluso en la reforma de la ministra Corcho, no tiene cómo tratar las adicciones.
Del diagnóstico pasamos a la propuesta. Es simple y lo plantea claramente el autor: se trata de conformar una comisión o un grupo de trabajo que deberá presentar a la ciudadanía una política de legalización plena. ‘Lo fundamental será elaborar y ejecutar una propuesta realizable y que acompañe, de entrada, a la iniciativa de ‘paz total’’ (Tokatlian)
No dice la propuesta de cuántos miembros es la comisión. No dice si nacional o internacional. Ni cuánto tiempo es recomendable que deba sesionar. Pero sí plantea varios puntos fundamentales: entender que será un proceso de horizonte largo “el objetivo debe ser el tránsito de la ilegalidad extendida a la legalidad integral”. Y para lo cual, bien lo advierte, es necesario el concurso de la sociedad... Para que no suceda lo que dice Tokatlian en su bien traída carta de Bertolt Brecht: “La gran Cartago libró tres guerras. Aún era poderosa después de la primera, aún era habitable después de la segunda. Ya no pudo ser hallada después de la tercera”. Estamos en la enésima guerra contra las drogas, digo yo, y estamos en el peor de los mundos.