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Columnistas | PUBLICADO EL 19 enero 2023

La hormiga atómica salvará el mundo

La nueva regulación europea considera a la nuclear como “verde” y ya hay quienes hablan de “boom nuclear”.

Por Humberto Montero - hmontero@larazon.es

Escribo estas líneas en pleno trayecto de regreso después de visitar la central nuclear de Ascó, en Cataluña, una de las siete que hay aún operativas en España. Para los malpensados, que de todo hay, aclaro que el viajecito de marras no es un crucero de lujo. Nada que ver con pasar unos días en San Andrés, Bocas del Toro o en la Rivera Maya. La cosa tiene más de procesión, ya que las plantas en cuestión se encuentran por lo general en emplazamientos alejados de los núcleos urbanos. En el quinto pino, vaya. Que nadie crea que un servidor se halla ahora tumbado en una playa degustando una pìña colada mientras contempla a sus espaldas el vapor de agua que exhala a borbotones la gran torre de refrigeración. Todo a cuenta del “lobby nuclear”. Nada que ver. Ni glamour ni lujo.

Sin embargo, he acudido a “revisar” la central para charlar con uno de los mayores expertos españoles sobre la energía nuclear, Alfredo García, divulgador nuclear, operador de la central de Ascó (sí, como Hommer Simpson) y autor del pelotazo literario La energía nuclear salvará al mundo (Planeta).

Por resumirles la charla, García lo tiene claro: la energía nuclear es una herramienta clave para frenar el calentamiento global y asegurar el suministro energético. Genera energía limpia, asequible, sirve de respaldo a un mejor precio que el gas o el carbón, y sobre todo sin emitir dióxido de carbono. Además, en su opinión, las centrales no tienen un periodo de vida útil tan corto como la gente cree. Pueden operar sin problemas 80 años y hasta un siglo entero. Y con las medidas de protección adecuadas, incluso más. Pensarán, en buena lógica, que a este ingeniero le interesa que la nuclear perviva por siempre. Pero no, a sus 50 años, le queda poquito para jubilarse en una profesión muy bien remunerada en la que el retiro se adelanta a los 61 años.

Después de comprobar que todo funciona como un reloj, algo me dice que a García no le falta razón. Los alrededor de 450 reactores actualmente en operación en un total de 41 países producen alrededor del 10% de la electricidad mundial. Hay 60 unidades en construcción en 20 países entre los que se encuentran China, India, Corea del Sur, Rusia y Turquía. En España, que ha puesto fecha al cierre de sus centrales, entre 2027 y 2035, la nuclear es responsable de casi el 21% de la energía producida pese a que solo representa el 6% de la potencia instalada.

¿Y los residuos cuya radioactividad dura más de 100.000 años? Finlandia es el primer país del mundo que crea un lugar de almacenamiento definitivo. Lo llaman Onkalo, que significa cueva en finés. También hay planes en los Estados Unidos y en Suecia, que coopera con Finlandia. Allí, la radiación estará rodeada de arcilla de bentonita dentro de un pozo perforado en granito a una profundidad de 420 metros. ¿Podrían soportar estas barreras una nueva era glacial? La humanidad aún no ha logrado construir algo que dure para siempre. Sin embargo, el lecho de roca fenoscándico es una de las formaciones geológicas más antiguas de Europa, con 1,8 millones de años.

¿Qué hacen en el resto del mundo? China levanta centrales, Francia (con 57 plantas) apuesta por la expansión de la mini-nuclear y hasta Suecia acaba de aprobar la opción de volver a construir. La nueva regulación europea considera a la nuclear como “verde” y ya hay quienes hablan de “boom nuclear”. La hormiga atómica resurge. ¿Salvará el mundo?

Humberto Montero

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