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Por Juan José García Posada - juanjogarpos@gmail.com
Está debatiéndose en la Asamblea Departamental un proyecto de ordenanza para instituir la Cátedra de Antioquia en los colegios. Se trata de la realización de un antiguo propósito educativo, del que depende en gran parte la asunción por las generaciones estudiantiles de unas convicciones y una vocación de estudio y defensa de los orígenes, realidades y valores regionales. Sin exageraciones ociosas y sin alardes molestos de superioridad, es obvio que lo que entendemos como antioqueñidad ha pasado a ser para algunos una simple caricatura.
Esa es una forma apropiada de afinar la pertinencia de los planes de estudio en primaria y bachillerato. Un énfasis razonable en lo regional no debe faltar en el sistema educativo. Y el acercamiento a las cuestiones históricas no debe ser la repetición de un relato más o menos consabido. El enfoque debe ser holístico e incluir, para decirlo en desorden, no sólo la recordación de acontecimientos decisivos del discurrir antioqueño desde los tiempos de los primitivos, sino extenderse a la geografía, la vida cultural y la política, las temporadas de paz y las de confrontaciones bélicas, la economía y el sentido ético de los negocios, la tradición comercial y el carácter emprendedor de los antioqueños y, por supuesto, una redefinición del espíritu paisa que, guste o no, es un fenómeno reconocido por estudiosos e intérpretes de la antioqueñidad.
Hay fuentes de referencia muy valiosas, que forman bibliografía interesantísima, desde el Siglo 19. No puede faltar como texto imprescindible la Geografía General de Uribe Ángel. No se limitó a las pesquisas sobre la historia sino que recorrió estos territorios y demostró la importancia capital de la geografía como actividad inseparable de la disciplina histórica. La Gobernación bien podría restablecer o revivir la colección de autores antioqueños como respaldo fundamental a la cátedra que va a crearse. En mi concepto modesto de periodista y aficionado a estas cuestiones, es preciso mencionar dos obras de importancia superlativa, la serie de cincuenta capítulos dirigida por la recordada profesora Libia Jota Restrepo y transmitida por Radio Bolivariana y la Historia de Antioquia orientada por Jorge Orlando Melo y publicada primero en cuadernillos de El Colombiano y luego en libro. En ambas obras tuve la honrosa responsabilidad de participar, en la primera como moderador y en la segunda como Editor desde el periódico.
Varias veces hemos citado la frase que se le atribuye a don Tomás Carrasquila en sus últimos días: “Antioquia, no saben lo que es Antioquia”. Al pensador español Santayana se le menciona porque dijo que “los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”. Y de los que olvidan su geografía pienso que están obligados a recorrerla y recorrerla a pie. En medio de todo, una respuesta excelente de Antioquia en estos días en que aprietan y agreden desde los poderes centrales está en la enseñanza de la historia y las demás ciencias y artes de nuestra región en las aulas escolares.