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Bastante tienen ustedes ya aguantando los coletazos del “petrismo”, tras años dilapidados por un Gobierno incapaz de gobernar.
Por Humberto Montero - hmontero@larazon.es
El siempre sagaz Pedro Sánchez, a la sazón primer ministro de España, se ha largado a una cumbre de presuntos líderes “progresistas” mientras dejaba en el Parlamento un pleno en el que no ha logrado sacar adelante ni las medidas para evitar otro apagón como el del pasado 28 de abril. ¿Por qué? Pues porque sus socios bolivarianos de Podemos le han vuelto a dejar en la estacada y todo su proyecto se desmorona si los conservadores del Partido Popular, la fuerza con mayor representación tanto en el Congreso como en el Senado, no se abstienen. Se ha largado, además, para no tener que soportar a toda la oposición aireando los muchos casos de corrupción que le acosa, desde su mujer y su hermano hasta los que hasta hace dos días dirigían el Partido Socialista. Pero no quiero aburrirles con nuestras miserias que bastante tienen ustedes, ya aguantando los coletazos del “petrismo”, tras años dilapidados por un Gobierno incapaz de gobernar.
Desde el Palacio de la Moneda de Santiago de Chile, Sánchez pidió a sus compinches “progresistas” (Petro, el chileno Gabriel Boric, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el uruguayo, Yamandú Orsi, además del mencionado apandador en jefe) que unan fuerzas para plantar cara a la “internacional reaccionaria” que amenaza la democracia en el mundo dado que la derecha tradicional ha sucumbido “al marco y el discurso” de la ultraderecha.
Sí, sí así se despachó con todo el cuajo en una jornada titulada ‘Democracia siempre’. “Nos toca a nosotros, a gobiernos liderados por fuerzas progresistas, encabezar esa respuesta” para defender la democracia, ha dicho el presidente del Gobierno, “y nos toca hacerlo solos, si es necesario, juntamente con la sociedad civil”.
Según Sánchez, “cada vez es más evidente que hay una derecha, una derecha tradicional con la que hasta hace no tanto tiempo compartíamos consensos básicos, que ha desertado de esa labor histórica y que ha sucumbido al discurso y al marco impuesto por la ultraderecha”.
Y puesto que “son cada vez más fuertes y están en más sitios” porque no hay fronteras, “las fuerzas progresistas debemos actuar de forma conjunta, debemos estar cada vez más juntos y unidos”, de ahí la intención de que España acoja el próximo año una nueva cita de este tipo. Para tomarse unas copichuelas y pegarse una mariscada a costa de todos nosotros.
Sí, porque este paladín del progresismo gobierna, no lo olvidemos, gracias al respaldo parlamentario de dos partidos políticos nacionalistas que son lo más ultramontanas que existen a este lado del Atlántico: el Partido Nacionalista Vasco, cuyo muy progresista lema es “Dios y Leyes Viejas” y cuyo fundador, un chalado llamado Sabino Arana, era un racista redomado y un misógino de tomo y lomo, y los cada vez más extremistas separatistas catalanes de Junts, el partido del fugado Carles Puigdemont, que trató de dar un golpe de Estado y forzar con la violencia la separación de Cataluña, pese a que ni la mayoría de catalanes la quieren y sin contar con el resto del país. Un partido que, también, supura racismo por los cuatro costados.
Pues eso, como a nadie engañan ya estos tahúres, solo entre ellos pueden jugar a las cartas.