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Columnistas | PUBLICADO EL 20 junio 2020

Hagámoslo

Por JULIÁN POSADAprimiziasuper@hotmail.com

El arte señala, expande, anticipa, tiende puentes, conecta, transforma, indaga y más. Conservo en casa en lo alto de un closet las cartas que adolescente intercambié con una extraordinaria amiga que a pesar del tiempo aún mantengo, eran los primeros años de formación profesional, había partido a la Florencia de los Medici, porque soñaba con ser artista, mientras estudiaba Historia del Arte y hacía grabados con Luis Camnitzer uno de los más interesantes artistas y pedagogos latinoamericanos del siglo xx, escribía cartas e intercambiaba ideas acerca de nuestro futuro con esa amiga que además había sido compañera de estudio, sin saberlo ambos atesoramos aquellos mensajes, lo hice porque la admiro profundamente, y porque creo además que esas cartas son una bella declaración de amistad que es una de las mejores formas de amar, recuerdo que desde la ingenuidad de la adolescencia discutíamos sobre nuestros años de formación, el futuro, la influencia de quién te forma y obviamente sobre la necesidad del arte en nuestras vidas, la correspondencia que ella me envió sigue ahí, en estos días de pausa en que revisamos casi todo, ella recordó nuestro intercambio epistolar y me hizo prometerle que lo recuperaría para construir una memoria común con las que ella guarda, muchas veces ojear el pasado nos impulsa para avanzar hacia el futuro... hoy no escribimos cartas, no hay matasellos ni estampillas, el correo electrónico lo transformó todo, nos forzó a escribir de nuevo, son mensajes bien diversos de las cartas; los estados o las declaraciones en Instagram, Twitter o Facebook son un simulacro de las cartas y las postales de ayer.

Pero por fortuna navegas y encuentras estados tan bellos como postales de amor, te topas con alguien para quien el arte es también una necesidad vital, frente a una imagen del Mamm, Diana Vélez, periodista, le declara su amor al museo “es difícil verte hoy, tan cercano pero tan infranqueable, en medio de esta pandemia que nos ha arrancado tanto! Extraño las tardes de mi soledad en tu presencia ... recorriéndote y recorriéndome a mi misma. Aquí estoy. Ya llueve y no quiero ni irme sabiéndote tan vacío pero tan lleno por dentro. Te extraño querido Museo”. Que bello sería que a través de cartas le declarásemos nuestro amor a las instituciones culturales que nos dan tanto, y que ellas respondiesen cuánto nos aman y nos necesitan, !hagámoslo!

Conmovido reenvío la imagen del texto de Diana a la directora del Museo, emocionada ella me responde “que bello texto, sabes que hemos recibido más de doscientos mensajes de cariño y más de cien que nos preguntan si ya estamos abiertos”, qué bueno saber que hacen falta las instituciones culturales y que hay quién manifiesta y siente su ausencia.

Le pido a Juan el amigo que me enseñó el texto de Diana que le cuente que lo usaré para esta columna, ella responde “claro que si ... que lindo gesto el tuyo al compartir este sentimiento que sé que nos representa a muchos. Me siento huérfana, al pasar todos los días por ese museo. Y verlo tan solo ... tan inhabitado”. Insisto, las letras que son arte, nombran la orfandad que el Estado no ve.

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