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Columnistas | PUBLICADO EL 12 enero 2021

¿España o la URSS?

Por Humberto Monterohmontero@larazon.es

Con apenas un año de Gobierno socialcomunista en España, Madrid ha quedado convertida en Moscú. Desde el pasado sábado, todas sus calles y parques han amanecido cubiertas por más de cincuenta centímetros de nieve, dejando estampas más propias de la estepa rusa o de la Plaza del Kremlin que de la capital del Reino. Habrán visto imágenes circulando por las redes sociales de esquiadores de fondo atravesando la Puerta de Alcalá, junto al Parque del Retiro, uno de los pulmones verdes de los más bonitos del mundo junto al londinense Holland Park, o de trineos tirados por perros surcando concurridas calles comerciales teñidas por un tupido manto blanco. Como por aquí la guasa es deporte olímpico, no han sido pocos los madrileños que convirtieron los kilómetros en pendiente del Paseo de la Castellana en una pista de esquí con el metro como remonte. Desde la Plaza de Castilla bajaban deslizándose por centenares, hasta con tablas de snowboard, hacia la Estación de Atocha, donde agarraban un tren del suburbano para volver a empezar.

Los expertos no se ponen de acuerdo sobre si la borrasca Filomena ha dejado una de las mayores nevadas en Madrid desde hace casi un siglo o si la de 1971 fue incluso mayor. Por lo que a mí respecta, les puedo asegurar que solo recuerdo una parecida a mediados de los años 80, en la que también se paralizó la vida en toda la ciudad durante dos días y los colegios cerraron.

Sin embargo, lo peor nos llega ahora. Y no me refiero a la ola de frío que se extenderá por toda España hasta el próximo jueves, con mínimas inferiores a los –10 grados centígrados. Al fin y al cabo, en toda Castilla y buena parte del noreste del país estamos acostumbrados a que el grajo vuele bajo en invierno, por aquello de que hace un frío del carajo. Mi preocupación es la progresión acelerada de los contagios de Covid-19, no sé ya si por la extensión de la temida cepa inglesa o por la relajación navideña. A esto se suma el hecho de que salir a hacerse un test o acudir a un centro médico durante estos días resulta una tarea hercúlea propia de exploradores, ya que los inmensos bloques de nieve se han convertido en hielo y los resbalones están asegurados.

Por si fuera poco, toda esta situación provoca que la campaña de vacunación se retrase aún más. Resulta complejo dar una cifra exacta de cuántas vacunas se han puesto, ya que el Gobierno socialcomunista de chimenea y salón que dirigen Pedro y Pablo se ha borrado una vez más (como en el temporal) y ha dejado toda la responsabilidad en manos de los gobiernos regionales. Pero sirva como ejemplo el caso de Cataluña, donde se han puesto el 57 % de las 120.000 vacunas entregadas o el de Madrid, donde apenas se ha inoculado un 25 % de la primera dosis por culpa del temporal. Ayer llegaron otros 350.000 viales de la vacuna de Pfizer a España, pero a este ritmo será complicado alcanzar antes de la primavera la ansiada inmunidad de rebaño. Algo que no debería ser tan complejo, ya que en Israel han vacunado al 20 % de la población en el mismo lapso. Pero claro, allí no tienen al castrochavismo en el Gobierno y eso se nota. Lo dicho, “spasiva” y “do svidaniya” desde Narnia

Humberto Montero

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