viernes
3 y 2
3 y 2
Cuando se es incapaz de controlar un espacio, de vigilarlo, de cuidarlo; ese lugar se cierra con rejas. Se impide que la gente entre, que lo disfrute; con esas barreras metálicas que son muestra de la incapacidad física para controlarlo. Eso ocurre en Medellín. La autoridad no tiene la fortaleza, la decisión para aplicar la autoridad, entonces acude a las barreras físicas.
El alcalde, de nuevo, dando señales de la incapacidad que lo acompaña, ha decidido encerrar los espacios más visitados de la ciudad, con unas rejas metálicas como en cualquier cárcel de alta seguridad. Así quiere este alcalde incapaz, encerrar a Medellín como cualquier reclusorio.
Los lugares más concurridos por los turistas y los habitantes de Medellín, como el parque de las esculturas de Botero, los parques del río, el estadio y todo lo que signifique orgullo para los medellinenses, los cierra entre rejas para impedir que sean visitados y admirados. Es que el primer mandatario de la ciudad no la quiere, no vivía en Medellín, no la conocía porque la había dejado desde muy niño.
Este alcalde piensa que, el primer cargo de la ciudad es para enriquecer a sus amigos y allegados, para que su hermano y su esposa se puedan aprovechar del título del alcalde y para preparar un futuro en puestos más altos.
La ciudadanía se ha dado cuenta de que se eligió un mandatario que no merecía la ciudad, que no trabaja por ella, que se aprovecha del título para su beneficio, no para el servicio. Por eso, la ciudadanía firmó, en forma masiva, por la revocatoria del mandato, esa era la solicitud de un pueblo descontento y que quiere el desarrollo y progreso de la ciudad. Los organismos encargados de cumplir el mandato de los medellinenses hicieron caso omiso del deseo de un pueblo y no lo han cumplido. Desoyeron el clamor de la ciudad y prefirieron guardar silencio frente al reclamo de ese pueblo.
Todo lo anterior, me hace pensar que tendremos que seguir soportando el pésimo gobierno de un incapaz, de un desconocedor de sus deberes, de quien se aprovecha del mando para su propio beneficio y no para el de la ciudadanía que confió en él cuando lo eligió.
Se acercan unas elecciones para elegir alcalde, gobernador, concejales, diputados y ediles. No nos podemos equivocar otra vez. No podemos ir divididos con varios candidatos para abrirles las puertas, una vez más, a los incapaces, a los aprovechadores de un cargo, a los desconocedores de la región.
Debernos unirnos alrededor de los mejores candidatos, que realmente vayan a trabajar sin intereses personales, que es el peor de los males y que ahora sufrimos. La ciudad merece que hagamos un pequeño sacrifico, que pongamos a un lado las aspiraciones personales y que pensemos sólo en el bien de una comunidad que lo merece.
Desde ahora, los aspirantes deben tener como meta el bien de la ciudad y, por lo tanto, hacer los intereses personales a un lado y unirse para que podamos elegir al mejor.