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Es un texto que brota de la investigación y la experiencia de un profesional idóneo, que sabe conjugar la ética con el conocimiento científico y la divulgación comprensible.
Por Alberto Velásquez Martínez - opinion@elcolombiano.com.co
¿Qué hacemos con mi mamá?, es la pregunta que hace en su nuevo libro el neurólogo clínico e investigador Rodrigo Isaza Bermúdez. Ya había alumbrado anteriormente otra obra, Más allá del Cerebro. El primero, como él mismo lo afirma, “no es libro médico sino un manual de vinculación a la vida”. El segundo, una visión afortunada del cerebro, motor de la vida aún lleno de incógnitas, que acuna la duda y el pensamiento crítico del hombre racional y emocional. Ese cerebro que tiene respuestas todavía incompletas para absolver por el talento humano de la ciencia y la tecnología. Y que, desordenado, hace estragos en la vida del hombre y la sociedad.
Al abrir el reciente libro del eminente doctor en Neurología, se encuentra el lector con el análisis minucioso y profundo, hecho con las pinzas de conceptos, raciocinios, inteligencia, comprensible para el lego y estimulante para el experto. Aborda con explicación científica, sin entrar en disquisiciones religiosas o metafísicas, los misterios del llamado “túnel” por el cual transitan brevemente los enfermos que deliran en su gravedad. Advierte de antemano que la ciencia no da respuestas sino que genera preguntas. Analiza en uno de sus capítulos, con precisión de relojero, los cuidados necesarios para saber llevar las angustias, los retos, los dolores, las incertidumbres con fortaleza y dignidad.
Es un texto que brota de la investigación y la experiencia de un profesional idóneo, que sabe conjugar la ética con el conocimiento científico y la divulgación comprensible. Para algunos esto sería como lograr la cuadratura del círculo. Para el doctor Isaza, un fácil rompecabezas. Su experiencia y preparación contribuyen a hacer ese milagro de la geometría cerebral.
Este libro es un viaje por la mente humana. Toca de soslayo la eutanasia. Y entendemos su prudencia. Personalmente la defendemos. El solo argumento de Buda nos basta: “Si el dolor es inherente a la condición humana, el sufrimiento es opcional”. Cada ser humano, de acuerdo con su libertad de pensamiento, no solo es dueño de sus propios miedos sino árbitro de su destino final cuando media lo irremediable, cuando la dignidad se envilece por acción de una enfermedad cruel e irreversible. El hombre deja como legado aquello de Mauriac, de que “la muerte no nos roba los seres amados, sino que, al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo”.
Hay un punto del libro que personalmente nos tocó el alma. Y es la incurable enfermedad del Alzheimer. La estamos viviendo, como muchos otros, con inmenso dolor en el ser amado. Cruel enfermedad que desconecta en su soledad la mente de la realidad y atribula con dolor desgarrador el entorno afectivo más íntimo.
En un país de alucinaciones perturbadoras, de desequilibrios mentales y delirantes en el manejo del Estado, que lo empuja al frenesí, este es un libro para comprender los caprichos del cerebro.
P.D.: Las rechiflas contra Gustavo Petro en el Metropolitano de Barranquilla y en el estadio de Medellín entran en la trilogía de las grandes silbatinas presidenciales en la historia nacional. La primera fue al dictador Rojas Pinilla, en cuerpo de su hija María Eugenia, en la plaza de toros de Bogotá. La segunda al presidente López Michelsen también en el Atanasio Girardot. Tres silbatinas de antología.