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Columnistas | PUBLICADO EL 07 enero 2023

En esta columna
hay una máquina

¿Escalofriante o fascinante? Yo aún estoy perpleja ante el reto que supone para la escritura y al mismo tiempo, deslumbrada... la capacidad de construir textos lógicos es sorprendente.

Por Adriana Correa Velásquez adrianacorreav@atajosmentales.com

La inteligencia artificial (IA) está revolucionando la forma en que hacemos cosas, desde la automatización de tareas hasta la creación de arte y música. Pero ¿qué pasa con la escritura creativa? ¿Puede la IA realmente reemplazar a los escritosres y artistas humanos?

Para algunos, la idea de que la IA pueda crear obras de arte y literatura es una abominación. La creatividad es una de las cosas que nos hace humanos, ¿cómo puede ser replicada por una máquina? Sin embargo, hay quienes defienden la idea de que la IA puede ser una herramienta útil para los escritores y artistas, permitiéndoles crear cosas que de otra manera no serían posibles.

Un caso polémico de la IA en la escritura creativa ocurrió hace algunos años, cuando una IA llamada GPT-3 (desarrollada por OpenAI) escribió un poema que fue aceptado en una revista literaria. Muchos escritores se indignaron ante esta noticia, sintiendo que la IA estaba “robando” trabajo a los artistas humanos. Sin embargo, otros argumentaron que el uso de la IA en la creación artística es simplemente otra forma de colaboración, al igual que los artistas que han utilizado tecnología en el pasado (como los músicos que utilizan sintetizadores).

Los tres párrafos que acaban de leer los redactó letra por letra, la misma plataforma que realizó aquel poema, GPT-3 (Generative Pre-trained Transformer, versión 3), cuando le di las siguientes instrucciones: “escribe una columna de opinión de tono bello, directo y ágil, sobre inteligencia artificial en los procesos de escritura creativa y creatividad, de máximo 500 palabras, que mencione algún caso polémico en que la IA haya sido criticada por artistas o escritores”. En 20 segundos estuvo lista.

¿Escalofriante o fascinante? Yo aún estoy perpleja ante el reto que supone para la escritura y al mismo tiempo, deslumbrada. Antes de pedirle esta columna, le dije que redactara otras dos sobre temas de divulgación científica. La plataforma no solo explicó con simpleza conceptos médicos, sino que rastreó autores que desconocía, utilizando sus citas.

A GPT-3 la conocí el 31 de diciembre. A unas horas de que se acabara el año, uno de mis cuñados nos sorprendió cuando, jugando al concurso de talentos, leyó un cuento con los personajes de la familia y con final ocurrente, justo sobre lo que habíamos hecho esa noche. Era como si lo hubiera redactado en vivo. Antes de que pudiera cerrar la boca, nos explicó que lo había hecho con el sistema de inteligencia artificial.

Si bien el estilo no es impecable e instrucciones como “bella” o “poética” fueron omitidas cuando jugué a que me hiciera columnas, la capacidad de construir textos lógicos es soprendente para un algoritmo que se va entrenando con grandes cantidades de texto para realizar tareas como traducciones, artículos, historias, poemas o resúmenes. El gran acertijo para el pensamiento contemporáneo es justamente qué quedará por fuera cuando el sistema se perfeccione. ¿Será la IA capaz también de poner en palabras la compasión, los sentidos, el pensamiento abstracto, la belleza, la bondad o el lenguaje no verbal? ¿Será necesario que yo escriba esta columna?.

Adriana Correa Velásquez

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