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Columnistas | PUBLICADO EL 21 noviembre 2021

Empresas imprescindibles

Por David Escobar Arango*david.escobar@comfama.com.co

Querido Gabriel,

Mamá, ¿qué me regaló el abuelo?, preguntó el niño, mirando con extrañeza el papel que tenía en sus manos, parecido a su diploma de grado de preescolar. Era la navidad de 1982 y, mientras la gente se quejaba de la crisis económica, el abuelo, que trabajaba para una de las empresas más importantes de la ciudad, invirtió la prima en unas pocas acciones y las repartió entre los nietos. ¡Quiere que sean accionistas!, que sientan gratitud y orgullo hacia la empresa en la que ha trabajado tantos años y gracias a la cual nos educó a todos y pudo comprar su casa, respondió su mamá con una sonrisa.

Ahora que hay revuelo por la tentativa de compra de Nutresa, ¿conversamos sobre el Grupo Empresarial Antioqueño y sus imprescindibles líderes? Dejemos a los expertos en finanzas hablar de acciones y temas legales y tertuliemos sobre la importancia de las sociedades anónimas con muchos dueños, de la riqueza social, cultural y espiritual que genera para una ciudad ser base de organizaciones que vuelan lejos y son una escuela de líderes cuyo más profundo compromiso personal es crear valor colectivo y no solamente riqueza individual. Hablemos de estas empresas en particular, sin menospreciar por ello el inmenso valor que tienen las demás, de cualquier tamaño y origen, para una sociedad democrática.

La historia de Medellín en el siglo XX fue de iniciativas empresariales. Pasamos del oro al café y de allí al auge del comercio internacional y local. Con esto, la ciudad se extendió, aparecieron la formación en oficios, la generación de energía hidráulica, las industrias, los bancos y la bolsa de valores. Surgieron las escuelas de ingeniería y de negocios y hubo con qué financiar la creación de hospitales, parques, universidades, teatros, museos, cajas de compensación y cámaras de comercio, fundamentales para nuestro desarrollo. La calidad de sus empresas define, en buena parte, el carácter de una ciudad.

Hay regiones del mundo donde no se estudia administración de empresas, sino administración de herencias. Ese no es nuestro caso. Las sociedades anónimas abiertas, con miles de accionistas y administradores profesionales, producen un empuje de movilidad social, una ética del trabajo y una capacidad emprendedora que nos envidian en otras latitudes. ¿Cómo cuantificar la confianza que teje el liderazgo consciente y el orgullo de decenas de miles de empleados, familias y proveedores al ser parte de un propósito superior?

Pocos hacen la composición de lugar necesaria para comprender la importancia del GEA en ingresos, empleos y contribución social a esta región. Aunque, como corresponde a cada cambio de época, sus líderes deben pensar ahora en su siguiente nivel de evolución, debemos reconocer que estas empresas son parte de nuestra más pura esencia, el producto del legado intelectual y moral de más de un siglo de grandes liderazgos. Además, en las últimas décadas fueron capaces de crear una admirable red de multilatinas que, con la riqueza que crean, generan mejor empleo local, más impuestos y programas sociales, fortalecen los ahorros pensionales de millones y, como si fuera poco, son el referente de lo mejor que podemos ser como sociedad.

¿Te imaginas que este patrimonio y este talento sigan emprendiendo y construyendo el futuro del país, desde Antioquia? Sería demasiado lo que perderíamos si estas empresas se manejaran con gerentes guiados por incentivos meramente financieros. Siendo valiosa toda empresa y creyendo en la importancia de la inversión externa, ¿no crees que son imprescindibles las más conscientes, con raíces locales, propiedad de todos, aquellas que, como dice un profesor, comprenden que de nada sirve conquistar el mundo si, con ello, abandonamos el barrio? Esto es algo que Nutresa, Sura, Argos, Bancolombia y muchas otras tienen absolutamente claro 

* Director de Comfama.

David Escobar Arango

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