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Calvo ha sido eficaz en las mentiras y goza del apoyo del gobierno, pese a que nadie sabe quién es ni a quién representa; Petro y otros más lo toman como gran gurú de las cifras”.
Por Melquisedec Torres - @Melquisedec70
Algunas de las ideas del más grande creativo de la propaganda negra, el super nazi Joseph Goebbels circulan en el complejo entorno colombiano del momento. De sus 11 principios, basados en el sutil o evidente engaño, vemos un par de ellos en medio del debate al sistema de salud: el de la transposición, “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”, y el de la vulgarización, “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida”.
Para su difusión, el gobierno – además del mismo presidente y de sus ministros – ha usado eficazmente a dos oscuros personajes, uno ya desechado pues se volvió un estorbo difícil de justificar y lo remplazó con otro aún más clandestino y elusivo. El primero Pedro Santana, fundador y presidente de una ONG simpática y lucrativa con nombre interesante, Viva la Ciudadanía, de la que fue expulsado en 2014 tras graves denuncias de acoso sexual y laboral; pese a ello, gozó de la estrecha confianza de la entonces ministra de salud Carolina Corcho para que Santana ejerciera como vocero oficial de la reforma sin ningún nexo legal con el gobierno. Su papel duró hasta cuando el congresista Andrés Forero encontró que Santana exhibía títulos falsos de sociólogo y filósofo, y desapareció de escena. Pero le encontraron remplazo, Vicente Calvo (sin segundo apellido, sin número de identidad colombiano o extranjero). Calvo ha tenido la tarea de crear la narrativa, supuestamente sólida, basada en complejos cuadros estadísticos y financieros, de unas EPS que se han robado billones de pesos; unas veces $25 billones, otras $20 billones, después quizá $10 billones o menos o más, con deudas que primero eran de $50 billones y luego que no, qué pena, era la mitad o menos. Unas veces son 20 EPS y luego que no, que eran 10... No importa, la idea es crear el cuento de que las EPS se han robado una cosa que se llama “reservas técnicas” que son, en resumen, los activos que dan seguridad y liquidez para que, en el momento que se necesiten, las EPS pueden pagar a su red de prestadores.
Calvo ha sido eficaz en las mentiras y goza del apoyo del gobierno, pese a que nadie sabe quién es ni a quién representa; Petro, Jaramillo, Ulahy Beltrán y el señor de la ADRES lo toman como gran gurú de las cifras. Lo poco que algunos hemos podido encontrar de él, en la página www.workana.com es que posa de gran consultor “freelancer experto en programación y tecnología”, “consultor de Oxfman pandemia Covid19”, que montó una firma minera con sucursales en Panamá y Colombia, e incluso que hizo un negocio en el Mundial de Rusia 2018. Según sus publicaciones en X (antes Twitter), es venezolano, antes radical chavista y ahora opositor a Maduro. Parece que vive en Argentina.
Este es el personaje con el que el gobierno Petro nos quiere convencer de que las EPS son el demonio y que su gobierno nos quiere llevar al paraíso con la reforma. El problema es que ese paraíso sí lo sea, pero en otra vida.