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Columnistas | PUBLICADO EL 19 abril 2021

El “Manual del Perfecto Inepto con Ambición”

Por Juan David Escobar Valenciaredaccion@elcolombiano.com.co

Si las mangualas impiden el avance y viabilidad de las revocatorias de alcaldes o si los medellinenses terminan siendo más mediocres al permitir que el nefasto alcalde termine su período, quedará, a un costo incalculable, la experiencia para escribir el “Manual del Perfecto Inepto con Ambición”. Las primeras páginas de dicho manual están listas y las manifestaciones de la ineptitud son evidentes.

Hay dos tipos básicos de ineptos y mediocres. El que sabe que lo es, pero intenta acomodarse humildemente a sus capacidades para evitar daños en su entorno. Y el que no lo sabe, pero cree ser un genio subestimado que busca llegar a la cúspide organizacional, “como sea”. Este último es una amenaza pública y tenemos uno en la alcaldía. Como sus condiciones naturales se lo impiden, intenta llegar a lo más alto, no mejorando sus habilidades para cumplir los requisitos, sino haciendo que toda la estructura reduzca tanto su nivel de exigencia que hasta él, un inepto químicamente puro, lo consigue.

Eso que vemos desde hace 474 días, que parecen siglos, implica tener y desarrollar habilidades y acciones específicas. Lo primero que el inepto con aspiraciones debe tener, además de mentir compulsivamente, declararse víctima y perseguido cuando falla sistemáticamente y tener complejo de Adán, es la capacidad de detectar a la gente más competente que él, la que potencialmente podría poner en evidencia su poquedad, y eliminarlos del camino. Por eso se rodea de otros mediocres para ponerlos en gabinetes o elegir juntas directivas de mediocre accionar en edificios “inteligentes”, que “copien” todo lo que su líder de barro y vendedor de humo les dicte, como si fueran los mandamientos caídos del cielo en el Monte Sinaí. Y quien no copie o necesite ser inmolado con tal de llevarse tercamente un punto, no importa si es “amigo” o “primo” estudiado en Harvard, pero el del condado de Clay en Nebraska, será sacrificado para ensalzar al dios del Valle del Software y Mártir del Tricentenario.

Hay teorías que describen el accionar de los mediocres e ineptos en las organizaciones, y lo visto hasta ahora corresponde plenamente a esos principios básicos. El Principio de Peter, planteado por Laurence J. Peter en 1969 sugiere que: “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse.” Aunque recientes estudios limitan su alcance, el Efecto Dunning-Kruger, en sicología social, sugiere que debido a la incapacidad de los inútiles de reconocer su ineptitud: “los individuos incompetentes tienden a sobrestimar su habilidad”. Y Scott Adams, MBA de la Universidad de Berkeley y creador de la tira cómica Dilbert, propuso el principio del mismo nombre según el cual las organizaciones tienden a ascender sistemáticamente a sus empleados menos competentes a cargos directivos, supuestamente, para limitar el daño que podrían provocar.

La amenaza es real y enorme ¡Urge revocar al que se “vende” como Robin Hood, pero “actúa” como el Sheriff de Nottingham!

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