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Por Mauricio Molano Quiroz
P.T. Barnum fue el personaje en quien se basó la película “El Gran Showman”, presentada en cines en el año 2017. Se trata de la historia de un artista circense, empresario y político, que logró gran fama y riqueza, en parte, gracias a sus espectáculos y hábiles engaños. Durante sus inicios en el mundo del entretenimiento, dicen que exhibía a una esclava ciega que supuestamente tenía 161 años y que había sido la niñera de George Washington. También trabajó como comerciante aprendiendo a regatear y engañar por dinero. La Smithsonian Magazine dice que tenía talento para promoverse a sí mismo y unas brillantes técnicas de mercadeo. Ahora, ¿qué tiene que ver todo esto con la política colombiana, especialmente con Medellín?
El engaño, de manera indeseable, tiene mucho que ver con la política, y el mundo del espectáculo mucho que ver con los políticos y sus campañas. En Colombia, cada cierto tiempo emergen este tipo de personajes, diciendo siempre lo que la gente quiere escuchar, prometiendo lo imposible y, con gran habilidad, generando distracciones, enemigos imaginarios y todo aquello que les permita dar paso a su gran truco.
Medellín no ha sido ajena a este fenómeno de los showman. Se puede decir que hoy es su víctima y requerirá de la inteligencia de su gente, amor por la ciudad y grandeza de los diferentes actores políticos y ciudadanos para recuperarse. Esto con el fin de lograr que Medellín deje de ser el escenario de algún showman que le hace daño a la ciudad, socava sus instituciones y sin reparos ataca los símbolos mas importantes de una cultura paisa pujante, emprendedora, aventurera y buena gente.
Al leer sobre el talento de auto-promoverse del que hablaba la Smithsonian Magazine refiriéndose a P.T Barnum, fue inevitable recordar las muchas fotos y noticias de gran impacto con las que nuestro showman paisa ha buscado promoverse como héroe. Cuando nuestro personaje sale posando con un computador en sus manos levantadas, en medio de un estadio a reventar; cuando en diferentes medios repite que ha salvado a EPM y a Hidroituango; en esos momentos cuando dice luchar por la justicia social y por aquellos más vulnerables, es cuando tenemos que dudar. Debemos dejar de lado las distracciones y descubrir el truco. Ver más allá de la parafernalia, de la farándula.
No quisiera ser aguafiestas, pues nada mejor que disfrutar de la magia y de un buen espectáculo, pero eso se debe dejar para el circo. En la política los trucos malintencionados pueden generar hambre, pobreza, desempleo y división.
Mientras nuestro gran showman nos muestra su muy cuestionada gestión a través de videos e imágenes sensacionalistas que nos ponen la piel de gallina, las cifras que presentan las diferentes veedurías revelan el retroceso en gran parte de los indicadores sociales; las calles y jardines muestran su abandono y la ciudadanía en los barrios reclama lo que ha perdido de ciudad en los últimos años.
Inicia año de elecciones locales, así que invito a las personas a que duden, contrasten, lean. Es quizás un buen momento para pensar si la ciudad necesita un showman o mejor un solucionador de problemas, que identifique las falencias y lo mucho que hay por mejorar, pero que también reconozca lo bueno que tenemos. El espectáculo dejémoslo a los músicos, artistas y actores. La ciudad bastante los necesita. .