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Por PETER WEHNER
Entre liberales, se asume casi universalmente que de los dos partidos más grandes, son los republicanos quienes se han convertido en los más extremos a través de los años. Esa es una narrativa autohalagadora pero falsa. Eso no quiere decir que el partido republicano no se ha convertido en un partido más conservador. Pero en las últimas dos décadas el partido demócrata se ha movido sustancialmente hacia la izquierda más de lo que el partido republicano lo ha hecho hacia la derecha. En cuanto a la mayoría de asuntos principales el partido republicano no se ha movido mucho de donde estaba durante la era Gingrich.
Para ver cuánto se ha movido el Partido Demócrata hacia la izquierda, compare a Barack Obama con Bill Clinton. En 1992, Clinton se lanzó como un nuevo demócrata centrista. En varios aspectos también gobernó como tal. Por ejemplo, el presidente Clinton apoyó una política de sentencia de “tres strikes y fuera” y propuso añadir 100.000 oficiales de policía a las calles. El exfiscal general del presidente Obama, Eric H. Holder Jr. criticó lo que llamó “encarcelamiento generalizado” y promovió la primera reducción en la población carcelaria federal en más de tres décadas. Mientras tanto Obama ha elegido enfocarse hacia abuso de política.
Uno de los logros legislativos supremos bajo Clinton fue la reforma al sistema de bienestar. Obama, en cambio, ha relajado los requisitos para el programa ‘de asistencia social al trabajo’ (WTW por sus siglas en inglés). Obama es más liberal que Clinton en cuanto a derechos para homosexuales, libertades religiosas, derecho al aborto, legalización de drogas y cambio climático. Ha enfocado mucha más atención en igualdad de salarios que Clinton, quien hizo énfasis en oportunidad y movilidad ascendente. Mientras que Clinton puso fin a un programa de derecho a subsidio (Asistencia a Familias con Menores Dependientes) Obama es responsable de la creación del Acta de Cuidado de Salud Asequible, el programa de subsidio más grande desde la Gran Sociedad. En esencia es el primer presidente en nacionalizar el cuidado de la salud.
Clinton rebajó la tasa de impuestos sobre las ganancias de capital; Obama ha propuesto aumentarla. Clinton redujo gastos y produjo un superávit. Bajo Obama, los gastos y el déficit han llegado a niveles récord. En política extranjera, Obama ha demostrado ser mucho más crítico hacia los aliados tradicionales y más supino hacia nuestros adversarios que Clinton. Obama con frecuencia ha actuado como si la fortaleza americana fuera un problema para el cual la solución es atrincheramiento o incluso retiro.
Otro medidor: Hillary Rodham Clinton, al posicionarse para las elecciones de 2016, es decididamente más liberal de lo que lo fueron ella y su marido en un entonces en cuanto a inmigración ilegal, matrimonio entre homosexuales y encarcelamiento. Ha hecho un llamado para ponerle “fin a la era de encarcelamiento masivo” y ha hablado sobre la importancia de derrocar al 1 % más acaudalado. Mientras que Obama ha expresado apoyo por la Alianza Trans-Pacífica, Clinton no se ha comprometido.
El Partido Demócrata, por lo tanto, se ha movido constantemente hacia la izquierda desde la presidencia de Clinton. De hecho, desde su reelección el progresivo interior de Obama ha sido liberado. (Una excepción es la aprobación condicional de la perforación petrolera en la costa de Alaska, que empieza este verano). Otros ejemplos son sus acciones ejecutivas que dan estatus legal temporal a millones de inmigrantes ilegales, sus declaraciones en cuanto a que el matrimonio entre homosexuales es un derecho constitucional, y el veto a la legislación que autoriza la construcción del oleoducto Keystone XL.
El Partido Demócrata es ahora un partido antes-de-Bill Clinton, el resultado de las predilecciones ideológicas del mismo Obama y las coaliciones que ha construido. Los liberales alegarán que el partido demócrata se ha beneficiado de este movimiento hacia la izquierda y usará las victorias electorales de Obama como evidencia de tal beneficio. La nación se ha vuelto más liberal, y el partido demócrata sabiamente se ha movido con ella.
Por razones demográficas, muchos demócratas creen que tienen que aceptar lo que ven como inevitabilidad presidencial. Tal vez quieran revisar esto. Su riesgosa apuesta es que prácticamente no hay límites para cuán lejos hacia la izquierda pueden llegar.