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Medellín y el Valle de Aburrá tienen desde hace más de diez años un sistema para monitorear y alertar riesgos ambientales que es ejemplo para toda Latinoamérica y que hoy está en grave peligro por decisiones muy cuestionables de la dirección del Área Metropolitana (AMVA).
Muchos conocen al SIATA (Sistema de Alertas Tempranas del Valle de Aburrá) por ser quienes miden los niveles de contaminación del aire, o quienes reportan el estado de las lluvias en la región. Pero el SIATA es mucho más que eso: es un centro de científicos locales que operan equipos de alta tecnología y trabajan con diversas comunidades vulnerables para generar información y pedagogía que les permita reaccionar y salvar sus vidas ante riesgos ambientales como incendios forestales, desbordamientos de quebradas, avenidas torrenciales, tormentas eléctricas y deslizamientos en las laderas. Para muchos ciudadanos el trabajo del SIATA puede pasar desapercibido, pero gracias a su labor estamos mejor informados como sociedad para prevenir desastres y evitar tragedias.
En tiempos donde el cambio climático y la expansión urbana descontrolada aumentan todos estos tipos de riesgos, es apenas lógico que como sociedad le apostemos a invertir en más investigación, monitoreo y pedagogía que nos permitan prepararnos y responder con más eficiencia.
Sin embargo, este año el AMVA ha tomado una peligrosa decisión sin clara justificación: han recortado el presupuesto del SIATA a la mitad (tal como lo reportó públicamente la Veeduría Todos por Medellín) lo que ha implicado en las últimas semanas el despido de decenas de científicos con años de trayectoria en la entidad, y la inminente cancelación de proyectos de investigación como el de drenaje urbano que ayudaría a prevenir tragedias como la sucedida hace un par de años tras la inundación del deprimido de Los Músicos.
Además, este drástico recorte presupuestal genera una angustiosa incertidumbre para quiénes siguen trabajando en el SIATA, de quienes depende el mantenimiento y la correcta operación de miles de sensores tecnológicos repartidos por todo el Valle de Aburrá.
El SIATA es uno de los proyectos más icónicos y destacables del AMVA, su impacto en la ciudad se mide en vidas protegidas y bienestar para todos.
Dejar marchitar este proyecto sería un pésimo legado de la actual dirección del AMVA pues desaprovecharía un talento local formado a lo largo de varios años, pondría en riesgo el correcto funcionamiento de miles de sensores que ya tenemos, y dejaría a nuestras ciudades a ciegas ante los riesgos ambientales que nos amenazan en nuestro día a día.
Nos saldrá mucho más costoso atender tragedias que hubieran sido prevenibles y tener que buscar consultores externos que intenten replicar lo que ya el SIATA hace con gran calidad y conocimiento local.
Invito al AMVA a que reconsidere esta decisión y nos permita soñar con Sistema de Alertas Tempranas que siga siendo referente internacional, genere ciencia e innovación local, tenga una relación cada vez más cercana y accesible a la ciudadanía, y siga protegiendo la vida de tantas comunidades vulnerables que habitan el Valle de Aburrá.
