x

Pico y Placa Medellín

viernes

3 y 4 

3 y 4

Pico y Placa Medellín

jueves

0 y 2 

0 y 2

Pico y Placa Medellín

miercoles

1 y 8 

1 y 8

Pico y Placa Medellín

martes

5 y 7  

5 y 7

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

6 y 9  

6 y 9

El valor del pensamiento crítico en tiempos de algoritmos

En un mundo gobernado por algoritmos, el pensamiento crítico es el mejor antídoto.

hace 2 horas
bookmark
  • El valor del pensamiento crítico en tiempos de algoritmos

Por Daniel Duque Velásquez - @danielduquev

Vivimos en la era de mayor acceso a información en la historia de la humanidad y, paradójicamente, también en la era con más desinformación. Los algoritmos que deciden qué vemos, qué “nos gusta” y qué creemos están diseñados para premiar la indignación o el aplauso, no la realidad de los hechos que ocurren en el día a día. Y cuando las emociones gobiernan, el pensamiento crítico retrocede. Esa mezcla —tecnología sin criterio— incuba una crisis política global que ya vivimos y que traerá consecuencias graves.

Lo veo cada semestre en mis clases universitarias: estudiantes inteligentes, creativos, con ganas de aprender, pero con vacíos profundos en competencias ciudadanas. Muchos no saben qué hace la Corte Constitucional, por qué existen pesos y contrapesos, cómo se elige un contralor o qué implica la autonomía del Banco de la República. No es culpa de ellos. La formación política temprana, en casa y el colegio, prácticamente se ha extinguido, y los algoritmos no educan: entretienen, polarizan y refuerzan sesgos.

Ese déficit de pensamiento crítico se convierte en gasolina para los populismos. Si la derecha abraza a figuras como Trump o Bukele —que gobiernan desde la tribuna apoyados por sus áulicos— la izquierda inevitablemente responderá con sus propios populistas. Es una lógica de acción-reacción: si un extremo usa la desinformación, la emocionalidad y la simplificación como armas electorales, el otro extremo también terminará haciéndolo. Y ambos gobernarán con los mismos vicios: atacar a la prensa, señalar enemigos internos, deslegitimar cualquier control institucional y presentar el disenso como una traición al pueblo.

Ese ciclo ya empezó. Basta ver cómo el populismo digital se ha viralizado en Colombia y América Latina. Hoy un video de 30 segundos tiene más capacidad de moldear opinión que un informe técnico de 200 páginas. Un político puede construir toda su campaña sobre emociones primarias mientras desmonta los contrapesos constitucionales. Y lo más grave es esto: si seguimos así, entraremos en una espiral de autoritarismos crecientes donde cada exceso será “normalizado” por el exceso anterior. Perderemos la capacidad de asombro. Lo que hoy nos parece inaceptable, mañana será “parte del juego”. El pensamiento crítico no es un lujo académico, es una barrera de contención democrática. Implica enseñar a distinguir hechos de opiniones, a verificar fuentes, a identificar falacias, a sostener una conversación con quien piensa distinto sin reducirlo a un enemigo. Implica que las escuelas formen ciudadanos, no solo trabajadores, y que los hogares fomenten la curiosidad, la pregunta incómoda, el debate respetuoso.

También implica exigir que la política deje de tratar al país como borregos y entienda la necesidad de respetar a la ciudadanía. En un mundo gobernado por algoritmos, el pensamiento crítico es el mejor antídoto.

Porque una democracia es tan fuerte como su capacidad de pensar por fuera del video viral del día. Si no recuperamos el criterio, el populismo seguirá ganando terreno. No demos por descontado que siempre viviremos en democracia: nada la garantiza si seguimos entregándole nuestra confianza a liderazgos que renuncian al pensamiento crítico. Las democracias mueren cuando sus ciudadanos dejan de pensar y empiezan solo a reaccionar.

Sigue leyendo

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD