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Columnistas | PUBLICADO EL 28 abril 2022

Cuba sin jóvenes

La huida masiva de cubanos se agudizó desde octubre del pasado año, coincidiendo con la reapertura de las fronteras cubanas y las de Nicaragua con Cuba.

Por Humberto Montero - hmontero@larazon.es

Cuba está devastada. Las cifras de cubanos que huyen de la isla arrojan la magnitud del desastre. Con el turismo muerto desde hace dos años —313.908 turistas extranjeros en el primer trimestre del año, dice la tiranía, por los 983.099 que lo hicieron en el mismo periodo de 2020—, se ha esfumado la única fuente de divisas para un régimen que ha aniquilado la economía productiva con su socialismo de opereta. Y es que el turismo es la segunda mayor partida del PIB cubano y su segunda mayor fuente de divisa extranjera. Sin esa tabla a la que asirse en pleno naufragio, los cubanos más jóvenes escapan como pueden y el país envejece a marchas forzadas, lo que amenaza aún más la supervivencia y agudiza el éxodo.

Para todos aquellos que blanquean con su tibieza las barbaridades que lleva cometiendo la tiranía cubana desde hace más de una docena de lustros, baste un dato: durante el mes de marzo pasado, más de 32.400 cubanos fueron detenidos entrando ilegalmente en EE. UU., el doble de febrero y cinco veces más que en octubre pasado. En febrero, el flujo de desplazados —pues no son emigrantes por voluntad, sino por necesidad— ya registró un pico histórico cuando en poco más de un día fueron retenidos en la frontera sur de Estados Unidos 1.500 cubanos, más del doble del promedio diario de ese mes.

La huida masiva de cubanos se agudizó desde octubre del pasado año, coincidiendo con la reapertura de las fronteras cubanas y las de Nicaragua con Cuba. Según los datos recopilados por la oficina de Aduanas y Fronteras estadounidense, en solo cinco meses, desde ese mes de octubre del pasado año hasta febrero de 2022, más de 79.800 cubanos entraron a Estados Unidos desde México, el doble de los que lo hicieron durante la llamada crisis de los balseros de 1994, cuando 35.000 cubanos se lanzaron a las aguas del Caribe en embarcaciones improvisadas. En todo el año previo, apenas fueron 39.303 exiliados, una cifra que más que dobló la de 2020, cuando los cubanos que trataron de llegar por tierra a EE. UU. se quedaron en 14.015.

Con estos datos, los cubanos han pasado a ser el tercer grupo de migrantes con mayor presencia en la frontera sur estadounidense, tras los mexicanos y guatemaltecos y superando a los salvadoreños. También aumenta el trasiego de balseros. La Guardia Costera norteamericana ha interceptado entre octubre y marzo 1.257 balseros cubanos, frente a los 313 interceptados en 2019, los 49 del 2020 y los 838 del 2021.

A este ritmo, alrededor del 1 % de la población cubana, jóvenes en su mayoría, saldrá de la isla este año, un éxodo que no se veía desde 1980, durante la crisis migratoria de Mariel, cuando unos 125.000 escaparon del socialismo.

Como será la cosa que, mientras la izquierda de salón latinoamericana y los sátrapas de Venezuela y Nicaragua le ríen las gracias a Díaz Canel, el propio diario oficial Granma ha tenido que hacerse eco de la galopante inflación y el desabastecimiento. Por supuesto, echando la culpa a otros. Y, mientras, los que quedan, amortajados, doblan el espinazo cada día como pueden para subsistir camino de la miserable jubilación que les espera. Un paraíso 

Humberto Montero

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