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Columnistas | PUBLICADO EL 26 mayo 2020

Confusiones enfermizas

Por Mateo Ramírez Vargas

Universidad Pontificia Bolivariana Comunicación - Periodismo, semestre 7
mateo.ramirezv@upb.edu.co

No señores, no se confundan. Gustavo Petro no es la izquierda y la izquierda no es Gustavo Petro. Pero para algunos no gustar ni de Petro ni de Uribe es ser de “centro” o ser un irresponsable y pusilánime falto de crítica, indiferente ante la realidad del país.

Esto es curioso. Por un lado, el “centro” es la corriente política más inviable e incoherente, puesto que se escudan en una utópica e imposible imparcialidad aun cuando siempre deben especificar si es de izquierda o de derecha, anulando todo intento de esta y dejando claro que no es nada más que un invento diseñado para atrapar incautos.

Por el otro, aquellos que reciben todo este tipo de descalificativos por no comulgar con ninguno de los líderes ni corrientes presentes en el escenario político son realmente los más valientes, pues se atreven a declarar su inconformidad para con los que intentan adueñarse, usando cualquier método, de la maquinaria del poder, ganándose así el desprecio viperino de la grey que sigue a cada caudillo.

A pesar de esto hay un elemento transversal a toda la izquierda, y es la férrea oposición al uribismo (antiuribismo), la cual, considero yo, es casi un deber patriótico que todo colombiano debería practicar con recurrencia.

Pero tristemente pareciera que para poder ejercerlo se exige como obligación la idolatría al mesías Petro.

¿Acaso no nos jactamos todos los de la izquierda, que también antiuribistas, de ser más diversos, plurales, comprensivos, tolerantes, abiertos y analíticos?

No caigamos en lo mismo que tanto criticamos y odiamos. No nos dejemos enredar por el deplorable sectarismo, que no es más que la lapidación del pensamiento y las libertades individuales, siempre fuente y pilar de los extremismos y fundamentalismos, que habitualmente se manifiestan en forma de violencia y destrucción.

No nos confundamos. La izquierda debe ser, tal como lo soñamos, el lugar donde puedan converger las diferencias de pensamiento que buscan trabajar unidas en búsqueda de un mejor futuro para todos, lejos del caudillismo y el servilismo que tanto mal hacen a la autodeterminación de los pueblos. Pensemos, respetémonos y tolerémonos. Solo así se construye patria. Solo así se construye paz.

Basta ya de confusiones enfermizas.

*Taller de Opinión es un proyecto de
El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión
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