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Columnistas | PUBLICADO EL 17 noviembre 2022

¿Cambio o incertidumbre?

No es el momento para discursos de un presidente que aún en el siglo XXI sigue creyendo que la lucha de clases mueve el mundo y que se aferra a la idea de que la tecnocracia no es democracia.

Por Mauricio Perfetti Del Corral - mauricioperfetti@gmail.com

La votación obtenida por Petro siempre ha sido interpretada como la aspiración de cambio de miles de jóvenes y de varios sectores políticos, más allá de la izquierda, que esperan transformaciones para un país más equitativo y con mayores oportunidades. Sin embargo, más allá del discurso y la retórica, lo que hoy marca la era Petrista es la incertidumbre y sus efectos.

Varios factores generan incertidumbre económica dadas las promesas de Petro, su estilo y anuncios. La primera y más preocupante es cómo se van a gastar los cerca de veinte billones de pesos del mayor recaudo por la reciente reforma tributaria. Muchos colegas economistas y exministros de hacienda han venido insistiendo en la necesidad de ahorrar parte de ese mayor recaudo dado el estado crítico de las finanzas públicas y las presiones de mayor gasto por parte de los votantes y del Pacto Histórico. Si se aumenta el gasto, se incrementará el déficit fiscal y esa es una pésima señal de mercado para los tenedores de bonos y Tes colombianos. El ex ministro Carlos Caballero incluso ha sugerido que esto y el déficit comercial podrían llevar a tener que realizar un acuerdo de balanza de pagos con el Fondo Monetario.

La segunda tiene que ver con la fijación del salario mínimo. Un salario mínimo muy por encima de la inflación generará una espiral alcista en los precios. Además, como las pensiones y los salarios públicos se fijan con base en el salario mínimo, un alza elevada en ese salario generará mayores presiones de gasto fiscal.

Por último, las señales de suspender la producción de petróleo y gas, simultáneamente con un elevado déficit comercial, inciden de manera directa en el precio del dólar y generan mayor incertidumbre. Según el exministro Tomás González (Conferencia en Universidad de Medellín) las emisiones de carbono de Colombia solo representan el 0.6 % del total de emisiones, mientras que una medida de esa naturaleza tendría efectos enormes en la economía en términos de menor crecimiento, mayor déficit en la balanza comercial y mayor presión fiscal. Sería mejor que el gobierno implementara medidas ya para detener la deforestación en el país (4.6 millones de hectáreas perdidas entre 2001 y 2020 según el Banco Mundial).

A dichos factores se suma la incertidumbre por un entorno mundial de inflación (buen síntoma la menor inflación reportada en el último mes en Estado Unidos) y recesión y por los efectos de la invasión rusa a Ucrania.

El estado de la economía colombiana muestra que no es hora de seguir en campaña, es hora de gobernar para todo un país y lo que esto significa en un mundo globalizado. Tampoco es el momento para discursos de un presidente que aún en el siglo XXI sigue creyendo que la lucha de clases mueve el mundo. Entre más se aferre Petro a sus concepciones como “la tecnocracia no es democracia” y “dar discursos es hoy parte de mi talante y mi lucha política” (Petro, Una vida, muchas vidas), prevalecerá la incertidumbre.

Mauricio Perfetti del Corral

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