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Del “Made in China” al “Made by China”

hace 8 horas
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  • Del “Made in China” al “Made by China”

Por Beatriz de Majo - beatrizdemajo@gmail.com

Ante la bien diseñada estrategia de Estados Unidos, consistente en poner contra las cuerdas a su principal rival global mediante la aplicación de exorbitantes aranceles, a Pekín le ha tocado responder con astucias comerciales que están resultando coherentes.

Desde el famoso “Día de la Liberación” de Donald Trump a esta parte, Washington ha asestado un golpe significativo a la economía del coloso de Asia, orientada principalmente a la exportación: Estados Unidos pasó de ostentar un 15% de las exportaciones chinas a exhibir un 10% para fin del tercer trimestre del año.

La retaliación china ha sido bien estructurada. El trasbordo de mercancías originadas en China y dirigidas al mercado estadounidense se convirtió en un instrumento práctico y los productores de mercancías y bienes intermedios chinos estuvieron dispuestos a pagar el sobrecosto en los productos finales que ello representaba para el mercado americano.

La sustitución de clientes que ha estado operando en el destino de las ventas externas del coloso de Asia también es notoria. No es poca cosa afirmar, como lo hace The Economist, que la Unión Europa, para agosto de este año, ya estaba importando de China 60% más que hace un año. La “decadencia” europea que tanto molesta a Trump, en este terreno les está jugado una mala pasada. Es que en la UE se están protegiendo de sus vulnerabilidades, anudando lazos más estrechos con Pekín en lo comercial.

Tailandia, Vietnam, Egipto e India han fortalecido su asociación con el líder asiático. Sus importaciones se muestran mayores cada día en comparación a hace un año y han crecido en porcentajes que van desde 10% en India, hasta más de 25% en Vietnam.

Aislar a la potencia asiática ha resultado ser una cuesta más empinada de lo previsible para los norteamericanos. Pekín ha decidido fortalecer su presencia global en inversiones foráneas y financiamiento a través de su programa de la Nueva Ruta de la Seda. Su inserción en África se ha multiplicado por 5 este año. Hoy Nigeria está importando 60% más que en 2024.

Ni hablar del fortalecimiento de sus cadenas de suministro. Se cuentan por centenares las empresas chinas que han movido operaciones a otros países como Indonesia, Malasia, Vietnam, Brasil y México, en un afán por acercarse a sus consumidores finales sin la etiqueta “Made in China”. Ahora estos productos tienen otra etiqueta, “Made by China”. Ello les permite seguir atendiendo la demanda americana, mientras transcurre el año de pausa que se han dado Pekín y Washington en sus negociaciones comerciales.

El caso es que antes del 1 de diciembre China ya sobrepasó un superávit comercial externo de 1 trillón de dólares sin incluir los servicios, mientras que las armas chinas para propulsar una presencia global más determinante siguen siendo muchas. Entre ellas la utilización del yuan como divisa de intercambio.

Ante la incapacidad de aumentar su consumo doméstico, Pekín está echando mano de políticas más agresivas para sus ventas externas en los sectores tecnológicamente emergentes. Ello involucra una estrategia agresiva para vehículos eléctricos, baterías y robótica, tres áreas en las que aspiran a ser los primeros a escala global y donde ya son un factor dominante.

Como corolario, la batalla comercial con Estados Unidos, no está siendo ganada por China, pero este país está resultado un hueso duro de roer.

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