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Asco es lo que producen los videos que un miembro de la campaña de Petro decidió filtrar. Lo más espinoso es la reconfirmación por el jefe de debate petrista de la visita de esa campaña a extraditables y la oferta de no extraditarlos. Desde Samper y el Cartel de Cali no tengo noticia de nada más nauseabundo en materia electoral. Algo se habrá negociado con los narcos a cambio de no extraditarlos: apoyo político, quizás dinero.
Esas ofertas no son accidentales. Explican que el hermano del candidato haga ofrecimientos a corruptos y parapolíticos, que Petro haya afirmado que “no se arrodillará a poderes extranjeros”, que ofreciera “perdón social” a los delincuentes y “una JEP para el narcotráfico” y sostuviera que “los paracos tendrán su segunda oportunidad”.
El conjunto de visitas, ofertas y alianzas con corruptos, parapolíticos, extraditables y paracos mostrarían la intención de aliarse con los bandidos, de conseguir su apoyo para ganar las elecciones.
Segundo, el pacto entre los integrantes de la cúpula petrista, con pleno conocimiento de Petro, presente en la mayoría de los videos, para desarrollar actividades contrarias a la ley para alcanzar el fin de ganar las elecciones. Promover rumores y mentiras para descalificar a sus opositores como depravados, drogadictos, corruptos o narcotraficantes, es decir, injuriarlos y calumniarlos, son delitos, y lo es también el hostigamiento, en el que incurre quien “promueva o instigue actos, conductas o comportamientos orientados a causarle daño físico o moral a una persona o grupo de personas por razón de su [...] ideología política o filosófica”. Delito también sería aliarse con los narcos para recibir apoyo político. Y delito es la financiación ilegal, en la que habrían incurrido si no declararon los pagos de un empresario a quien fuera jefe de comunicaciones de esa campaña.
Tercero, los videos muestran que para Petro y sus aliados todo vale. No debería sorprender. Es la misma lógica de la combinación de las formas de lucha, de acudir al terrorismo y el crimen, como cuando fue integrante del M-19. Y es resultado de aplicar la idea de amigo-enemigo de Carl Schmitt, teórico del nacionalsocialismo. De “enemigos” habla el jefe de debate de Petro. No son contradictores, oponentes, competidores. Son enemigos a los que hay que deshumanizar y destruir por cualquier medio, con el sicariato moral, con la mentira, arrasando su reputación y su dignidad.
Finalmente, los videos muestran que, en cínica contradicción con lo que afirman como banderas, la política de Petro no es la del amor, sino la del odio y el miedo, y su campaña no es la del cambio para mejorar, sino la del retorno a las peores prácticas de la politiquería, la corrupción, la falsedad, el engaño, el pacto criminal