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Columnistas | PUBLICADO EL 27 junio 2020

Abuso sexual

Por ALDO CIVICOaldo@aldocivico.com

Tómese el tiempo para ver en Netflix el documental Athlete A, la impactante historia de cómo el doctor de gimnasia de Estados Unidos, Larry Nassar, abusó durante, por los menos, dos décadas de hasta quinientas menores bajo su cuidado. El título documental hace referencia a Maggie Nichols, quien denunció su abuso a las autoridades en el 2015, y poco después fue retirada de los juegos olímpicos de 2016. Ella y sus padres, con gran coraje, cuentan su experiencia.

Hay varios elementos que me impresionaron de esta historia. Primero, la figura de este médico pederasta que impune abusaba de las menores, enmascarando su perversión con la excusa de un tratamiento médico. Nassar era un personaje amable, de buen trato, con un buen sentido del humor. Sabía congraciarse con las niñas y hasta con sus padres. Era venerado y considerado un benefactor por su comunidad. Lo segundo, es el ambiente abusivo en el que entrenaban las jóvenes atletas. Eran sometidas a un fuerte abuso sicológico por parte de sus entrenadores, quienes les reservaban un tratamiento autoritario e inhumano, hasta el punto que el doctor Nassar terminaba siendo la persona más cariñosa a los ojos de las jóvenes atletas. A pesar que los directivos fueron alertados de los comportamientos inapropiados de Nassar, nunca lo denunciaron a las autoridades. Además, el documental menciona la posible corrupción que permitió encubrir las investigaciones del FBI. El resultado de los silencios y de las complicidades fueron decenas de menores más abusadas por Nassar. Para todo un sistema, el dinero, las relaciones con los patrocinadores, la gloria, fueron más importantes que la dignidad de las menores. Viendo el documental, me dolió profundamente la falta de amor que padecieron centenares de niñas.

El abuso sexual es raramente el producto de la acción criminal de un individuo aislado. Se trata también de una violencia sistémica, que se expresa en las complicidades, los silencios, y las omisiones de los demás. Es la ley del silencio lo que protege al perpetrador y vuelve más difícil para las víctimas denunciar a su atormentador. Lo mismo pasó en el caso del asistente del entrenador de Penn State University, Jerry Sandusky, quien fue condenado por abusos sexuales en contra de menores. Fue así, y desafortunadamente sigue siendo así, el caso de curas pederastas en la Iglesia Católica (en Colombia, por ejemplo, no somos todavía conscientes de toda la dimensión del problema, a pesar de la investigación periodística de Juan Pablo Barrientos ¿Por qué?).

Pero el documental resalta también el coraje extraordinario de las víctimas quienes, al llegar a la adultez, denunciaron a Nassar, contando sus historias a unos periodistas y a una fiscal, también valiente, quien logró que el doctor pagara con una pena de 60 años de reclusión su cadena de crímenes. El documental también resalta el coraje y la tenacidad de un grupo de periodistas que corroboraron todas las historias y las publicaron. Cada vez que una mujer encuentra el coraje para compartir su historia, se repite la lucha de David contra Goliat. David siempre gana al final.

Aldo Civico

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