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Con 80 millones de personas que carecen de agua potable y otras 30 millones sin energía, Latinoamérica tiene un gran potencial para convertirse en una región receptora de inversión sostenible, es decir aquella que no solo es rentable económicamente, sino que también saca ganancias en los campos social y medioambiental.
Así lo planteó Kurt Vogt, director de la firma de asesoría HPL, durante el quinto Encuentro de Inversión Responsable y Sostenible, celebrado ayer en el Country Club, en Medellín.
El consultor aseguró que a América Latina apenas está empezando a llegar ese tipo de inversión y recordó que solo para financiar proyectos de infraestructura, en la próxima década, se requieren 100 mil millones de dólares por año (ver gráfico).
También hizo notar el capital natural de la zona que abarca el 40 % de la biodiversidad del planeta, la mitad de los bosques tropicales, así como el 30 % del agua dulce.
Adicionalmente, enfatizó en que como toda inversión esta encarna riesgos y oportunidades, por lo que es esencial alinear cuatro actores clave: gobierno, banca, empresas y, obviamente, a los inversionistas.
Alejandro Zapata Arango, director de Portafolio Verde, resaltó como grandes empresas colombianas han acogido las guías de Global Reporting Initiative (GRI), para difundir los logros en desarrollo sostenible, hacen parte del índice de sostenibilidad de Dow Jones o aplican los Principios de Inversión Responsable de Naciones Unidas (PRI).
“Aquí lo importante es que conversemos con los inversionistas, que día a día están revisando las mejores alternativas y valorando cuáles son las opciones más atractivas para que sus recursos generen un impacto ambiental o social positivo, o que al menos no cause uno negativo”, comentó.
En ese sentido Franco Piza, director de Sostenibilidad de Bancolombia, explicó que este establecimiento financiero catalogado como el más sostenible del mundo, ha implementado una serie de prácticas que se preocupan por generar una buena rentabilidad y una operación eficiente.
“Pero, también hemos entendido que detrás de cada decisión hay efectos, y esto nos ha abierto la posibilidad de evaluar los riesgos ambientales y sociales de los proyectos que financia, y deja de lado aquellos que no contemplan un manejo adecuado”, dijo.
A su turno, Esteban Piedrahíta, vicepresidente Financiero de Celsia, sostuvo que una sociedad que apueste por perdurar cien años debe ser sostenible.
“Esto implica que se intercepten una serie de aspectos que van desde atender los cambios de comportamiento de los usuarios hasta comprender las amenazas del cambio climático”, mencionó.
Para avanzar en ese propósito esta filial del Grupo Argos arrancó hace cinco años su preparación para atender las nuevas dinámicas del mercado, capitalizar nuevas oportunidades y ser rentable.
Es así como en la actualidad uno de los focos del negocio está en el desarrollo de proyectos energéticos a partir de la luz solar con plantas en los departamentos de Valle y Bolívar, y de generación eólica en La Guajira.