Que el jeque árabe Sheikh Tahnoon Bin Zayed Al Nahyan, dueño del conglomerado International Holding Company (IHC), lanzara una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por acciones del grupo Nutresa es algo “predecible, y tal vez no tan interesante”, según un análisis de Scotiabank.
IHC está ofreciendo 15 dólares por cada acción y su objetivo, según la Superintendencia Financiera, es adquirir entre el 25% y el 31,2% de las acciones en circulación del conglomerado de alimentos paisa, una oferta superior a las tres anteriores del banquero Jaime Gilinski, quien había buscado el control de la compañía a través de tres OPA: la primera por 7,71 dólares, la segunda por 10,48 dólares, y la tercera por 12,58 dólares, esta última se declaró desierta.
¿Una prima irresistible?
Pero, ¿por qué la empresa árabe incrementa tanto el precio de su oferta? El análisis de Scotiabank de esta “deslumbrante prima”, correspondiente al 79% sobre el precio de cierre de la acción del 20 de septiembre, día en que se lanzó la oferta, va en dos sentidos: “Puede ser tan simple como un último recurso intentar convencer a las familias reticentes que aún no han vendido”.
Pero, lo más probable, según el análisis citado, es que sea una jugada de alta precisión: “los Gilinski ahora tienen asientos en las juntas directivas de Nutresa y Sura. Eso les da acceso a los documentos, y entre ellos, pueden haber pedido las valoraciones que el GEA (Grupo Empresarial Antioqueño) debatió y usó antes de rechazar las numerosas ofertas del Grupo Oferente. En teoría, y esto nos suena a la explicación más lógica, esto significa que el Grupo Oferente podría saber el número exacto que necesitan poner sobre la mesa para eludir esos valoraciones internas que GEA ha estado utilizando como escudo”, aquello que las tres empresas han llamado el valor fundamental de las compañías.
Si este escenario se mantiene, continúa Scotiabank, no vender sería más difícil para los administradores del GEA, y se plantean dos escenarios: el primero, que los administradores decidan vender porque al no tener acciones directas en Nutresa quieran evitar conflictos legales que se prologarían por muchos años, y lleguen a un acuerdo con las familias que aún no han vendido. “Es posible que todos se coordinen y la gestión se vea bien en el futuro si reciben aproximadamente 21 veces lo que invirtieron sus abuelos fundadores”, continúa.
El segundo escenario indica que el tiempo y un larga batalla judicial podrían ser los enemigos de Gilinski, ya que según registros públicos, el banquero caleño tiene deuda en dólares que debe cubrir con pesos y mientras no controle la empresa los costos de esa deuda aumentan. Además, apunta el análisis, los honorarios legales del GEA en este conflicto los estaría pagando, en parte, Gilinski. “Así que es posible que al GEA le gustaría ir a la corte y jugar el juego largo”.
¿Por qué una OPA del árabe y no de Gilinski?
Frente a esta pregunta, Scotiabank tiene dos teorías: la primera es que tanto Nugil, de Gilinski, como IHC actúan como un grupo. “Es posible que Gilinski haya ideado todo el conocimiento colombiano y la estrategia i-banker para la transacción, pero probablemente necesitaba el poder financiero de una entidad amistosa y con mucho dinero. Estas partes pueden tener objetivos finales diferentes, pero objetivos que pueden haber sido diseñados para mantenerlos alineados durante la adquisición”.
En este sentido, a Gilinski le interesan los negocios financieros, mientras que el interés de los árabes está en el negocio de alimentos “en el que Gilinski lo ha hecho bastante mal”.
“Una forma simple de alinear intereses podría ser que Royal Group tome el grupo Nutresa y lo controle, con Gilinski como accionista minoritario que vota con ellos; y que Gilinski tome las empresas financieras y las controle, con Royal Group como accionista minoritario que vota con él”, dice el análisis.
La segunda teoría es que Gilinski ya llegó al límite de liquidez, está endeudado en dólares y debe pagar con pesos, que es la denominación que generan sus negocios, y el peso a su vez se ha devaluado “precipitadamente” desde que comenzaron las OPA. En este contexto mantener las coberturas de cambio de moneda se vuelve muy costosas, según cálculos de Scotiabank es difícil que pueda mantenerlas por más de dos años. “Entonces, tal vez Royal Group solo está aquí para pagar el resto y ayudar a cerrar el trato”.
“Suscribimos un poco más la primera teoría, pero nunca se puede ignorar que las cosas pueden no estar saliendo según lo planeado para el oferente”, se lee en el análisis.
Cuestionamiento al Gobierno de Petro
Este análisis también cuestiona cuál es la posición del Gobierno Nacional frente a una adquisición de una empresa colombiana, tan importante como Nutresa, que podría quedar en manos foráneas.
Scotiabank menciona, por ejemplo, cuando China prohibió la venta de TikTok a Microsoft/Oracle, o cuando Australia rechazó una oferta china por activos lácteos. Entonces, “ahora que Royal Group podría convertirse en el propietario mayoritario de la compañía de alimentos más grande de Colombia, ¿se siente cómodo el gobierno?”, se preguntan.
“Por un lado, Petro ha sido etiquetado como un aliado de Gilinski debido a la lucha de hace décadas por Bancolombia. Pero, por otro lado, ¿no es la protección de la compañía de alimentos más grande de su país un fruto de popularidad al alcance de la mano para un presidente?”, concluye el documento.