A pesar de que Colombia mejoró este año levemente su calificación en el Índice Global de Competitividad (IGC) (4,30 vs. 4,28), mantuvo el mismo lugar 61 de 2015, en el ranquin entre 138 países que el Foro Económico Mundial dio a conocer ayer.
La nota va de uno a siete, basándose en 12 pilares, los cuales contienen 115 subíndices. Para entender mejor este examen, EL COLOMBIANO habló ayer con Daniel Gómez Gaviria, director de Estudios de Competitividad del Foro Económico Mundial, organismo que elabora este escalafón y quien atendió la entrevista telefónica desde Ginebra (Suiza).
¿Por qué Colombia no subió ninguna posición en el IGC, si lo evaluaron mejor?
“Si bien el país mejoró en algunos aspectos, otros países también lo hicieron igual o mejor, por eso no se movió. También influye que haya avanzado en algunos, pero retrocedido en otros. Es cierto que subir en este índice es complicado porque son factores de largo plazo, requieren esfuerzos conjuntos entre sectores público y privado y que duran años. Se necesita coordinación en diferentes pilares evaluados para crecer”.
En el pilar macroeconómico el país perdió puntos, ¿qué ayudó a compensarlo?
“Destaco el desempeño en salud y educación primaria, porque en este pilar subió del puesto 97 al 90. En educación secundaria ocupó el puesto 56, frente al 64 del año pasado. Se mantiene en el puesto 25 en desarrollo del mercado financiero, y ahí hay un subíndice en el que aún ocupa el primer lugar del mundo: derechos legales. En absorción tecnológica ocupó el puesto 64 frente al 70 de 2015”.
La tasa de tributación es el principal problema para hacer negocios en Colombia. ¿Qué opina de esto?
“El informe no ofrece comentarios frente a medidas específicas. Reconocemos que es efecto del déficit fiscal del país. El llamado que hacemos es al diálogo para que la competitividad del país no se vea afectada”
Todavía nos rajamos en el pilar de instituciones...
“Subimos dos puntos pero el país está en la parte baja de la tabla (puesto 112). Esto va de la mano con el tema de corrupción, el segundo problema para hacer negocios en Colombia. En ética y corrupción estamos en el puesto 125”.
¿Cuál es el mensaje que le queda al país?
“Lo principal es confirmar que se necesitan agendas globales de competitividad que permitan mejorar en cada uno de los ítems, bajo dichas alianzas. Aunque la estabilidad macroeconómica era fortaleza del país, la caída de los precios de petróleo generó un déficit de cuenta corriente, depreciación del peso frente al dólar, sumándose a inflación ocasionada por El Niño y eso cambió las cosas”.
Entonces podemos hablar de una enseñanza macro...
“Aunque Colombia es exportador de bienes básicos, tiene alternativas frente a la caída de precios de materias primas. Hay que potenciar la diversificación, pero a pesar del dólar caro, las exportaciones no han reaccionado como se esperaba. Ahí hay un reto”.