La radiografía más reciente del bienestar en el país, revelada esta mañana del 24 de abril por el Dane en la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV) 2024, confirma la tendencia de cambios profundos en la forma como viven los colombianos.
El hogar común colombiano ya no es tan numeroso como antes: hoy, el tamaño promedio es de 2,86 personas, un descenso sostenido desde 2019, cuando era de 3,10.
Esta transformación es más evidente en las zonas urbanas, pero también ha alcanzado al campo, donde aún se mantienen promedios más altos (2,99 personas por hogar frente a 2,82 en cabeceras).
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En paralelo, crece la presencia femenina en la cabeza del hogar: el 46,5% de los hogares son liderados por mujeres, cifra que sube al 49% en ciudades principales.
En departamentos como La Guajira, Magdalena y Arauca, más de la mitad de las viviendas tienen jefatura femenina. Y en el 68,8% de estos hogares, la mujer jefa no tiene pareja.
“Los resultados también revelan que, en la mayoría de los hogares con jefatura femenina, las cabezas de hogar no tienen pareja o cónyuge (68,8%), lo que contrasta con los hogares con jefatura masculina, donde menos de la tercera parte de los jefes (el 31,4%) no viven en pareja”, se lee en el informe.
Más internet, menos pobreza percibida
Uno de los avances más notorios está en la conectividad. En 2024, el 65,6% de los hogares contaba con acceso a internet, lo que representa un aumento de 1,7 puntos frente a 2023.
La conectividad es el nuevo termómetro del bienestar. Pero el país sigue partido en dos: mientras en ciudades la conexión llega al 72,5%, en las zonas rurales apenas alcanza el 41,9%.
El salto ha sido mayor en las cabeceras municipales, donde la cobertura llega al 72,5%. Sin embargo, persisten las brechas regionales: mientras Bogotá supera el 82%, en Vichada apenas alcanza el 15,4%.
“La comparación del porcentaje de hogares con acceso a internet según el sexo del jefe/a del hogar en los últimos dos años muestra que, debido a que el crecimiento de la conectividad fue mayor en hogares con jefatura masculina”, indicó el Dane.
Además, acerca del uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), el Dane evidenció un mayor crecimiento en 2024 (de 2,0 puntos porcentuales), gracias al alza en la utilización de internet, que llegó al 79,3%, el uso de computadores tuvo un incremento ligero (de 0,9 puntos) y llegó al 35%, mientras que la utilización de celulares (90,6%), que es la TIC más masificada, permaneció en un nivel similar al de 2023 (90,6%).
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La percepción de pobreza también mejoró: solo el 40,4% de los jefes de hogar o sus cónyuges se consideraban pobres, una baja significativa desde el 47,3% del año anterior.
La mejora fue más evidente en las ciudades, donde cayó 7,4 puntos porcentuales, y en hogares liderados por mujeres, con una reducción de 7,2 puntos.
Vivienda: arriendo al alza, déficit a la baja
Por tercer año consecutivo, el arriendo supera a la propiedad. Además, el arriendo continúa siendo el modo de tenencia predominante: el 40,4% de los hogares vive bajo esta modalidad, frente al 39,6% que habita vivienda propia.
“De acuerdo con la ECV de 2024, el 39,6% de los hogares habitaba en una vivienda propia, porcentaje que incluye tanto a quienes ya la habían pagado (36%) como a quienes la estaban pagando (3,5%)”, se lee en el reporte.
Además, en tercer lugar, se ubican quienes ocupan viviendas sin pago con permiso del propietario (14%), seguidos de los ocupantes de hecho (3,8%) y quienes viven en propiedad colectiva (2,3%).
Las jefas de hogar, en particular, enfrentan mayores dificultades para adquirir vivienda: mientras el 41% de los hogares con jefe hombre son propietarios, solo el 37,9% de los liderados por mujeres lo son.
No obstante, hay una luz de esperanza en la disminución del déficit habitacional, que bajó al 26,8%, gracias a mejoras en el componente cualitativo (problemas de hacinamiento, materiales inadecuados, etc.).
Por su parte, el déficit cualitativo bajó de 22,1% a 20%, y el cuantitativo se mantuvo en 6,8%.
Bogotá sigue siendo la ciudad con mejor situación habitacional, con solo el 7,2% de hogares en déficit.
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La tipología de los hogares también cambió. En 2024, el 51,6% son biparentales (madre y padre con o sin hijos), pero esta proporción viene cayendo (era 52,5% en 2023). Los hogares unipersonales crecieron hasta representar el 19,8% (un aumento de 0,7 puntos porcentuales), y los monoparentales ya son el 24,3%.
Putumayo destaca con la menor proporción de hogares biparentales (40,7%), lo que da cuenta de una estructura familiar muy distinta a la de Vaupés, donde ese tipo de hogares representa el 67,5%.
Por otra parte, en una escala de 0 a 10, los colombianos calificaron su vida en general con un 8,2. Otras dimensiones también mejoraron: salud (8,0), tiempo libre (7,7), seguridad (7,6), trabajo (7,4) e ingresos (6,9). Las mujeres tienden a sentirse menos satisfechas que los hombres, pero las diferencias son pequeñas.