viernes
3 y 2
3 y 2
Ángela Hurtado, presidenta del banco
JP Morgan Colombia, explica lo
que podemos esperar en este 2023.
Después de dos años de un fuerte crecimiento económico, en los que se crearon cientos de miles de empleos y la economía estaba en auge, llegan los tiempos difíciles, los de las vacas flacas, en los que tanto las empresas como los hogares tendrán que ajustar sus gastos y decidir cuidadosamente dónde invertir su dinero, ya que no estará disponible a precios bajos.
Sin embargo, Ángela Hurtado, la presidenta de JP Morgan Colombia, no es pesimista. Ella cree que los desafíos de este período de enfriamiento económico, combinados con las reformas que está llevando a cabo el gobierno, podrían convertirse en una oportunidad para transformar el país en uno que brinde más bienestar a sus ciudadanos, genere más empleos y fomente la confianza de los inversionistas.
Con el contexto macroeconómico que tenemos hoy en Colombia y el mundo, ¿cuáles son las proyecciones de crecimiento que puede tener el país?
“A principios de año, teníamos una expectativa de crecimiento del 1% para Colombia en el 2023, lo que mostraba una caída significativa desde el 8% que tuvimos en el 2022. Este proceso de desaceleración económica ha sido visto en todo el mundo, donde el aumento de las tasas de interés a nivel global tiene como objetivo reducir el impulso de la economía y prevenir riesgos inflacionarios a largo plazo.
Sin embargo, desde nuestras proyecciones, han ocurrido eventos que han generado una volatilidad importante a nivel internacional. A pesar de un comienzo alentador con la reapertura de la economía de China y la evasión del riesgo de recesión en Estados Unidos, los elementos locales e internacionales están conjugándose para afectar el crecimiento económico.
Al principio del año, se esperaba un aterrizaje suave de la economía, pero las sorpresas en los datos de crecimiento económico e inflación en Estados Unidos y Europa generaron temor en los mercados internacionales sobre la tarea de la Fed y los bancos centrales en cuanto a la subida de tasas de interés. Esto afectó especialmente a los mercados emergentes, ya que mayores tasas de interés podrían contraer aún más sus economías.
La volatilidad internacional sigue siendo alta y el financiamiento para empresas y personas es más elevado, generando impactos negativos en el crédito y en las primas de riesgo en los mercados nacional e internacional.
En el caso de Colombia, las intensas reformas propuestas por el gobierno (salud, laboral y pensional) aumentan el estrés en un contexto internacional ya complicado. Estas reformas pueden tener un efecto importante en el crecimiento potencial, las cuentas fiscales, la inflación y la generación de empleo, pero aún no se ha cuantificado su impacto directo”.
¿Esto podría ponernos de algún modo en recesión?
“En cuanto al caso colombiano, no visualizamos riesgos de recesión y esperamos un ligero repunte de la economía en la segunda mitad del año. Sin embargo, debemos tener en cuenta que estamos expuestos a lo que ocurre a nivel internacional, ya que la economía está fuertemente integrada.
Es importante destacar que nuestras posibilidades de error son reducidas debido a la complejidad del panorama internacional y las vulnerabilidades del país. Los inversores serán muy selectivos a la hora de decidir dónde invertir, por lo que es fundamental tomar las decisiones correctas y fomentar un ambiente de crecimiento y potencial. Colombia cuenta con una gran oportunidad en general y ha mantenido la confianza y credibilidad de los inversores internacionales, la cual puede ser preservada si seguimos en la misma línea”.
Aterrizando toda esta coyuntura macroeconómica al ciudadano común y corriente, ¿cómo se siente desde la sociedad que un país que está creciendo a un ritmo de 8% o 9% pase a crecer solo el 1%?
“Creo que el ciudadano de a pie debe comprender que el dinero barato, y cuando hablo de dinero barato me refiero a las bajas tasas de interés que hemos tenido por un largo tiempo, ya no es una opción viable. Cuando el costo del dinero es bajo, es común que se gaste demasiado o que se realicen inversiones apresuradas corriendo el riesgo de perder o tomar una mala decisión, porque no pesa tanto.
Es por ello que ahora, más que nunca, es esencial ser conscientes de que los costos del endeudamiento son exorbitantes. Por consiguiente, es importante no gastar más de lo que se tiene, incluso si se cuenta con ahorros. En lugar de eso, es necesario ser mucho más precavido al consumir. No es que necesariamente se vaya a enfrentar a un un escenario catastrófico, sino que en periodos de menor crecimiento es común que haya una disminución en la oferta de empleos, lo que aumenta el riesgo de perder el trabajo”.
Antes del comienzo del 2023, se preveía que este año sería complejo debido a las consecuencias de la pandemia. Sin embargo, se suma a esta situación el hecho de que es el primer año de un Gobierno de izquierda que viene con una serie de reformas. En las calles, se escucha que es culpa del presidente Petro. En este sentido, ¿hasta qué punto el Gobierno influye en la realidad económica que estamos viviendo?
“Las vulnerabilidades macroeconómicas de Colombia no son recientes, ya que el país ha sido reconocido internacionalmente por tener el mayor déficit gemelo. Esto significa que la economía colombiana depende en gran medida de los flujos externos, ya que importamos más de lo que exportamos.
Además, el déficit fiscal del país también es muy alto, lo cual puede ser justificable debido a la pandemia, pero en 2022, año en el que tuvimos dos gobiernos (Duque y Petro), a diferencia de la mayoría de las economías del mundo, no se hizo una contracción fiscal, sino que se incurrieron en costos mayores debido al hueco fiscal causado por el subsidio de la gasolina. Es importante destacar que estas vulnerabilidades no se deben únicamente al último gobierno, sino que son parte de una historia de falta de reformas estructurales”.
¿Está de acuerdo con las reformas planteadas?
”En las elecciones de 2022, la población colombiana buscó un cambio en diversos aspectos que consideramos necesarios para el país. En Colombia existen temas sociales complejos que deben ser resueltos y estamos ante una discusión de reformas estructurales que nunca antes habíamos tenido en temas como el empleo, la salud o las pensiones. Es fundamental promover estos cambios que los colombianos hemos estado solicitando desde hace mucho tiempo y valoro la oportunidad de discutir y revisar cuáles son las reformas necesarias.
El país de hoy, después de la pandemia, no es el mismo de hace 10 años, y este es un momento en el que encontramos espacios para escuchar otras opiniones y trabajar en acuerdos. Aunque no es fácil lograrlos debido a las diferentes creencias e ideologías, considero que es importante tener estas discusiones para dar pasos pequeños pero en la dirección correcta hacia los cambios estructurales positivos que el país necesita. No soy ingenua, pero tampoco le tengo miedo de tener discusiones alrededor de las reformas, siempre y cuando sean constructivas y nos permitan avanzar hacia un futuro mejor para todos”.
¿Cómo podemos determinar el punto preciso en el que las reformas son apropiadas y no nos restan competitividad?
“Esa es la pregunta que debemos hacernos. Es fundamental garantizar que las reformas no afecten negativamente el papel del sector privado, ni estigmaticen todo lo que ha construido hasta el momento. Además, debemos ser juiciosos y disciplinados en lo que realmente genera incentivo al empleo.
Aunque soy una gran defensora de la equidad de género, hay que tener cuidado con la reforma laboral porque, aunque se busca beneficiar a las mujeres, no necesariamente lo logrará si disminuye nuestra competitividad y nos reduce las opciones y oportunidades en el mercado laboral. Lo mismo sucede con la reforma pensional. Entonces, debemos concentrarnos en que las reformas impulsen la competitividad del país, porque cuando somos más competitivos, se generan más empleos y más oportunidades para todos.
Tenemos muchos colombianos que trabajan informalmente, sin cumplir con las condiciones adecuadas, o incluso sin empleo, y necesitamos garantizar que las oportunidades sean para la mayor cantidad de gente posible. Todos los colombianos tienen un gran talento que es reconocido tanto local como internacionalmente, lo que debe permitir que las empresas quieran invertir en Colombia.
El papel del Estado no es competir con el sector privado, sino generar equilibrios que permitan balancear su rol. El sector privado tampoco tiene la razón en todo lo que hace, y es importante tener un rol de alguien que ayude a tomar las decisiones adecuadas. Todos queremos generar más empleos, más oportunidades para hombres y mujeres, y empresas más rentables.
En resumen, todos queremos crecimiento económico. Por lo tanto, si logramos ponernos de acuerdo en algunos elementos, aunque tengamos diferentes formas de llegar allí, podremos tener una discusión constructiva y avanzar hacia el mismo objetivo”.
Según su análisis, ¿cuáles sectores podrán beneficiarse en esta coyuntura y a cuáles les irá peor?
”Creo que todos los sectores experimentarán impactos negativos, pero si pensamos exclusivamente en el año 2023, los sectores que más sufrirán serán aquellos que dependen fuertemente del financiamiento, ya que necesitan constantemente niveles elevados de inversión. Por ejemplo, el sector de la construcción es un sector que tanto desde la perspectiva de la persona común que desea comprar una casa, viendo las tasas de interés, podría pensar dos veces antes de hacerlo, como también las empresas constructoras que dependen del crédito para llevar a cabo su operación.
También se verán afectados aquellos sectores que no han tenido fuentes de financiamiento de largo plazo y que dependen en gran medida del financiamiento a corto plazo. Con los niveles actuales de tasas de interés tan elevados, si te endeudas al 15 o al 20% como empresa y luego sumas los costos e imprevistos, se necesita una rentabilidad de al menos el 30% para que el negocio sea viable, lo cual es una rentabilidad muy alta”.
Resulta sorprendente escuchar ese comentario viniendo de una banquera. ¿Qué perspectivas se vislumbran para el sistema financiero?
”Se podría decir que estoy expresando una idea contraria a la perspectiva comúnmente asociada con la banca. En mi opinión, el objetivo principal del sistema financiero colombiano, y en general, es asegurar su sostenibilidad a largo plazo. Por tanto, no creo que los bancos deseen prestar dinero a altas tasas de interés para que sus clientes se endeuden, ya que esto podría resultar en impagos y pérdidas para el banco.
El papel del banco es actuar como intermediario financiero, y hacerlo en momentos en que las tasas de interés son elevadas aumenta los riesgos involucrados. Por lo tanto, considero que es crucial que todos seamos responsables en la generación de créditos, de manera que los clientes tomen decisiones informadas y el sistema financiero proteja tanto a los ahorradores como a los inversionistas. En conclusión, lo que estoy proponiendo no va en contra del sistema financiero, sino más bien implica que debemos ser responsables para garantizar que los clientes se endeuden de manera adecuada a sus condiciones y que se les proporcione financiamiento de forma responsable”.
Petro debe ser más prudente con Twitter
JP Morgan aseguró hace un par de meses que los trinos del presidente Gustavo Petro tenían efectos significativos en el mercado, tanto del dólar como en el precio de los títulos del tesoro.
Al respecto, Hurtado aseguró que “en cuanto a la interacción en redes sociales, tanto las personas como los líderes del sector privado y los gobiernos, deben ser sumamente responsables.
Nuestra responsabilidad es generar un diálogo constructivo y dar ejemplo en la construcción de un país mejor. Por lo tanto, es crucial que todos seamos responsables y sensatos en nuestras interacciones en línea”.
Una aclaración necesaria es que esta entrevista fue solicitada antes de que se desatara la crisis financiera en Estados Unidos con la quiebra del Silicon Valley Bank, el Silvergate y el Signature, que posteriormente se extendió a Europa y afectó especialmente al Credit Suisse. Es importante señalar que Hurtado no está autorizada por el JP Morgan para hablar de este tema.
Soy periodista egresada de la Universidad de Antioquia. Mi primera entrevista se la hice a mi padre y, desde entonces, no he parado de preguntar.